LITERATURA / Arthur Conan Doyle

ARTHUR CONAN DOYLE

Estudio En Escarlata

Esta obra supone la primera aparición de Sherlock Holmes (quien comenzó llamándose Sherrin-ford, aunque afortunadamente el nombre quedó en anécdota), aunque no fue ni mucho menos la que le otorgó fama y reconocimientos a Arthur Conan Doyle. Sin embargo, esta novela se antoja imprescindible por suponer la aparición del detective más famoso de la literatura.

Su título, algo ambicioso, era "El Libro De La Vida", e intentaba poner en evidencia lo mucho que un hombre observador podía aprender mediante un examen justo y sistemático de todo cuanto le rodeaba. Me produjo la impresión de que aquello era una mexcolanza de cosas agudas y absurdos. Los razonamientos eran apretados e intensos, pero las duducciones me parecieron traídas por lo cabellos y exageradas. El escritor pretendía sondear los más íntimos pensamientos de un hombre aprovechando una expresión momentánea, la contracción de un músculo, la forma de mirar de un ojo. Aseguraba que un hombre entrenado en la observación y en el análisis no cabía engañarle. Llegaba a conclusiones tan infalibles como otras tantas proposiciones de Euclides. Resultaban esas conclusiones tan sorprendentes para el no iniciado, que mientras éste no llegase a conocer los procesos mediante los cuales había llegado a ellas, tenía que considerar el autor como un nigromántico. 

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(...) ¿Recuerda usted lo que afirma Darwin de la música? Sostiene que la capacidad de producirla y de apreciarla existió en la raza humana mucho antes que ésta alcanzase la facultad de la palabra. Quizá sea ésta la razón de que influya en nosotros de una manera tan sutil. Existen en nuestras almas confusos recuerdos de aquellos siglos nebulosos en que el mundo se hallaba en su niñez.

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- No esperaba que me comprendiese. Veamos si puedo plantearlo de manera más clara. Son muchas las personas que, si usted les describe una serie de hechos, le anunciarán cuál va a ser el resultado. Son capaces de coordinar en su cerebro los hechos, y deducir que han de tener una consecuencia determinada. Sin embargo, son pocas las personas que, diciéndoles usted el resultado, son capaces de extraer de lo más hondo de su propia conciencia los pasos que condujeron a ese resultado. A esta facultad me refiero cuando hablo de razonar hacia atrás; es decir, analíticamente.