VIAJES / Portugal (II)
P O R T U G A L
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FOTOS: Jonathan Pérez del Río
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Si hace unos meses compartí una entrada con parte de la zona norte de Portugal, hoy es momento de coger carretera camino al sur, rumbo a la capital.
Lisboa es una urbe coqueta, que se deja recorrer a pie a pesar de sus desniveles (y sus siete colinas), romántica y poética, incluso cuando llueve a mares y sus calles se inundan. Repleta de color (azul cobalto sus azulejos; amarillo sus tranvías) y de música (el Fado es la Banda Sonora de la ciudad).
Callejear por el barrio de Alfama siempre es un buen recurso para empaparse de la esencia y del carácter portugués, probando la ginjinha y los adictivos pasteles de nata (evita los de Belem, no merece la pena esperar una eternidad cuando los tienes igual de deliciosos en otros puntos menos masificados). El tranvía 28 es una buena forma de moverte y de paso ir explorando los diferentes barrios (Chiado, Barrio Alto, la Baixa...), bajándote en diferentes paradas obligatorias del itinerario: la Iglesia -quemada- de Santo Domingo; el reconvertido LX Factory (y su preciosa librería Ler Devagar -Leer Despacio-); la Catedral; la Plaza del Comercio; Belem; la zona Oriente dónde encontrarte con el Lince gigante de Bordalo II; el Panteón.
La excursión más típica desde Lisboa es Sintra. Por su atractivo y por su cercanía se convierte en un plan casi imprescindible. A escasa media hora en tren desde la estación de Rossio, Sintra se ha masificado debido al Palacio de la Pena, llamativo cuanto menos por su explosión de colores y su fantasía arquitectónica. También por la Quinta da Regaleira (inexplicable el boom del Pozo iniciático, un pequeño fraude).
Y si se quiere una escapada no tan típica, se puede coger un bus hasta Évora (desde la estación Oriente) dirección Este, cruzando el Tajo por el puente más largo del continente (Vasco da Gama). Évora -Patrimonio de la Humanidad- está en la región de Alentejo, fronteriza con Extremadura. Tiene un bonito casco histórico, pero su principal reclamo es la Capela dos Ossos (Capilla de los huesos), un espacio macabro cuyas paredes están "decoradas" con miles de cráneos humanos. Como reza el letrero en la entrada: "Nós ossos que aqui estamos, pelos vossos esperamos” / ""Nosotros, los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos"). No se quede en la puerta.
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