CRÓNICA CONCIERTOS / No Puedo Dejar El Rock
NO PUEDO DEJAR EL ROCK
THE SONIC RACE + MALA REPUTACIÓN
LOS SUAVES + SINIESTRO TOTAL
Explanada de La Granja (Navia)
1 de agosto de 2015
TEXTO y FOTOS: Jonathan Pérez del Río
El primer día de
agosto se desvirgaba este festival bautizado con el nombre de una de las
canciones del cabeza de cartel: Los Suaves. Junto a estos, The Sonic Race, Mala
Reputación y Siniestro Total serían los encargados de poner rock a la noche
naviega.
En la tarde noche
del 1 de agosto la climatología fue benévola y el primer No Puedo Dejar El Rock
se abría puntual (a las 21:00) con un sol de justicia. Los encargados de abrir
fuego fueron The Sonic Race, banda local que en el último año lleva presentando
en directo su debut “Return To Hell”. Lo cierto es que los naviegos están en
plena forma, con la confianza que les dan sus canciones, artefactos sonoros de
puro rock and roll que funcionan jodidamente bien en directo. Respaldados por
un puñado de fieles que les siguen allá a donde van, sus 45 minutos sobre el
escenario estuvieron muy bien aprovechados. No faltaron pepinazos adictivos
como “You Are My Addiction” o “Mr.Hyde”, himnos cómo “Fight For A New World”, o
alguna que otra cover, como la infalible “Search And Destroy” de Iggy Pop o
“Hand Of Law" de sus adorados Radio Birdman, con la que pusieron el cierre a un
show más que notable.
Llegaba el turno
para Mala Reputación, firmes exponentes del rock urbano asturiano. Los de
Cangas de Onís llevan desde 1995 en este negocio y su trayectoria, firme y
constante, les ha llevado a facturar un total de 7 discos, que repasaron
tocando algo de cada uno de ellos durante su hora de actuación. En sus ganas de
agradar en su primera visita a Navia, Mala Reputación no se centraron en “Eternas
Promesas”, su último largo (del que destacó ese excelente “Que La Tierra”, de
lo mejorcito de su repertorio) y prefirieron un popurrí de sus temas más
populares, cómo “Benditos Juegos” (encargada de abrir), “Ceremonia”, “Cristal”,
“Fuego” o “Abriendo Camino”, uno de sus primeros éxitos, elegida para
despedirse con ciertos aires de nostalgia.
Ya con la noche cerrada
y con el aforo a su máximo apogeo, el escenario se preparaba para recibir a Los
Suaves, cabeza de cartel del festival, encargados de dar nombre al mismo, y
principal reclamo de la noche. Los de Ourense fueron recibidos como héroes por
sus fans, ejemplo de fidelidad absoluta, y más aún sabiendo que esta gira que
les ocupa será la última. Seguidores de Galicia, Cantabria o el País Vasco que
cogieron la carretera un día más para acompañar a los suyos en un karaoke
masivo. Sonaron los primeros acordes de “Cuando Los Sueños Se Van” y antes de
que Yosi se enfrentara al micro las gargantas ya estaban en ebullición. Por
delante, dos horas de repaso a lo más granado de su trayectoria: “Palabras Para
Julia”, “No Puedo Dejar El Rock”, la bonita “Pardao”, “El Afilador” o “Dolores
Se Llamaba Lola”, con la que se retiraron por primera vez antes de los muy
generosos bises, que dividieron en dos tandas, haciendo media hora más con “San
Francisco Express”, “Ese Día Piensa En Mí”, “Ya Nos Vamos”, (que sin embargo no
fue la despedida), “Esta Vida Me Va A Matar”, la aclamada “Dulce Castigo” y “La
Noche Se Muere”, que puso (por fin) el punto y final.
Siendo realistas,
a Los Suaves les queda el nombre y el poso histórico que les dan esas canciones
que forman parte de la historia del rock español. A Charly, Fernando, Alberto y Tino todavía les queda gasolina en el depósito,
pero es una verdadera pena ver cómo Yosi ensucia descaradamente el buen hacer
de sus compañeros. Especialmente el de Alberto Cereijo, excelso guitarrista que
se adorna en el virtuosismo (a veces excesivo) pero que sostiene a la banda
durante la actuación, incluso en esos momentos en los que la cosa parece decaer
sin remedio. Cereijo (aprovecho para recomendar su proyecto paralelo, Eco,
donde desarrolla su talento sin ataduras) se mueve a más revoluciones que sus
compañeros, quienes en ocasiones parecen apurados para seguirle el ritmo, especialmente en ese final apoteósico que desemboca en una tormenta de decibelios más cercana al heavy tradicional que al hardrock que les caracteriza.
El respeto que se
han ganado Los Suaves con su trayectoria lo están perdiendo con la actitud de
Yosi, incapaz de mantener el oficio durante la mayor parte del show. Por ello
sobrevuela esa sensación de que son una sombra de sí mismos, cómo tantos y
tantos grupos que exprimen sus días dorados en la carretera.
Es verdad que no
era optimista con el concierto de Los Suaves pero tenía ciertas esperanzas con el
Siniestro Total, otros veteranos de la escena, que en este caso dieron la de
cal. A diferencia de las otras bandas, a los vigueses nunca les había visto en
escena, por lo que la experiencia era totalmente novedosa. El carismático
Julián Hernández, bien escoltado por sus secuaces Javier Soto, Óscar G. Avendaño,
Ángel González y Jorge Beltrán, se las vieron ante una audiencia algo mermada
(pues muchos habían decidió emigrar tras el concierto de Los Suaves –craso
error señores-) pero entregada eso sí. Y nos brindaron un bolo divertido y
versátil, pues Siniestro Total se mueven con soltura por las sendas trazadas
por el rock, el punk o el country y el pop. Julián tira de verborrea y sarcasmo
entre canción y canción, introduciendo con humor clásicos imperecederos cómo “Miña
Terra Galega”, “España Se Droga”, “Camino De La Cama”, “Matar Jipis En Las
Cies”, “La Paz Mundial” o esas balas que tenían en la recámara (“Bailaré Sobre
Tú Tumba”, “¿Quienes Sómos? ¿De Dónde Venimos? ¿A Dónde Vamos?” y “Sómos
Siniestro Total”) para cerrar su directo, y de paso este primer festival No
Puedo Dejar El Rock, que consiguió que Navia no quedase huérfana de una
noche de rock and roll. Sólo por ello es motivo de celebración.
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