CRÓNICA CONCIERTOS / Robert Jon & The Wreck
ROBERT JON & THE WRECK
Sala Club del Niemeyer (Avilés)
Sábado 18 de junio 2016
Se vislumbraba una gran noche en Avilés.
Reinaban las estrellas y en la ciudad estaban Robert Jon & The Wreck. Y a
pesar del atractivo, el personal no respondió como se esperaba. Unas 60
personas nos reunimos en la Sala Club del Niemeyer para viajar a California
(olviden la costa y piensen en el desierto).
Se puede hacer Southern Rock en
cualquier parte del planeta, pero solo aquellos que notan el polvo del desierto lo facturan adecuadamente. Robert Jon & The Wreck comenzaron su
viaje en el 2013, y desde entonces se han enfrascado en una aventura que les ha
llevado a facturar 3 discos y un buen kilometraje en la carretera. La falta de
ambiente en Avilés desorientó un poco a la banda, lo que no impidió que
descargaran todo su arsenal con una profesionalidad inmaculada durante las dos
largas e intensas horas que duró su show.
Atronando desde los inicios, hicieron temblar
los cimientos del Niemeyer desde los subsuelos. Cada pieza del quinteto tendría
su momento de gloria, pero el primero en hacerse notar fue el guitarrista
Kristopher Butcher, empeñado en cobrar protagonismo
durante gran parte del show y mostrar su nivel de experto en el arte del slide.
Los teclados de Steve Maggiora (al
principio muy tapados por las descargas guitarreras) irían reclamando atención
poco a poco hasta convertirse en el el complemento perfecto, ese que funcionaba
como vía de escape hacía terrenos más psicodélicos, con el espíritu de Ray
Manzarek pululando por el ambiente.
La base rítmica es cosa de Dave Pelusi al
bajo y de Andrew Espantman a la batería, mucho más exigido este último, casi siempre funcionando a más revoluciones
que el resto de la banda.
Liderando al combo, Robert Jon Burrison,
con ese look desaliñado que nos recuerda al DiCaprio de “El Renacido” y que engaña, pues tras esa apariencia ruda y cavernosa, se esconde una voz dulce y
con un timbre muy bonito, idóneo para entonar esas baladas y medios tiempos de
Southern Rock en la línea de los Black Crowes o Lynyrd Skynyrd.
Durante el concierto suenan algunas de
las favoritas de sus dos primeros albums, empastando perfectamente con las de
su flamante nuevo trabajo, “Good Life Pie”.
“Rollin”, “Cold Night”, “Good Lovin’”, “The
Devil Is Your Only Friend”, “Georgia Mud”, “Rhythm Of The Road”, la preciosa “Mary
Anne”, y un buen puñado de piezas que ya forman un repertorio a tener en cuenta
y que nos recuerdan a los Allman Brothers, a los Cry Of Love, o a los Eagles (en
esos exquisitos coros), pero también a bandas contemporáneas con claro gusto por
los clásicos, véase Black Stone Cherry o a esos chicos que descubrimos hace
bien poquito, Atlas Road Crew.
Robert Jon & The Wreck no inventan
nada ni lo pretenden. Tocan aquello que les gusta, y antes de que alguien pueda
encasillarles, se desmarcan con “Tightrope”, convirtiéndose en un grupo
totalmente diferente, probándose en una larguísima jam empapada de psicodelia, llevándonos
a las profundidades, a una zona lisérgica donde no hay oxigeno y donde el
tiempo transcurre a otra velocidad, con los músicos y el público embalsamados
en formol.
El intenso viaje nos hizo zozobrar, y “Gypsy
Of Love” (uno de los mejores pildorazos de la banda) nos hizo volver a buen
puerto. Exhaustos, se despidieron con “Steppin´”, único bis (¿hacía falta más?),
y encargada de poner el cierre a un sudoroso concierto de Rock&Roll.
Comentarios
Publicar un comentario