CRÓNICA CONCIERTOS / Gijón Sound Festival 2017
GIJÓN SOUND FESTIVAL
NOVEDADES CARMINHA + DEPEDRO
ALBERTO & GARCÍA + MANUELA + TEN FÉ
ALEGATO BOOGALO + JOE CREPÚSCULO
Sábado 1 de abril de 2017 (Gijón)
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TEXTO y FOTOS: Jonathan Pérez del Río
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Nominado en los Iberian
Festival Awards en la categoría de “Best Small Festival”, el Gijon Sound Festival es un festival
cuanto menos curioso. Más de una veintena de conciertos esparcidos por
diferentes emplazamientos de la ciudad, que funcionan independientes los unos
de los otros aunque todos formen parte de la programación del mismo festival.
La ciudad inundada de música. Suena bien. Así que este año me decidí a pasar
una jornada (en este caso la del sábado) y comprobarlo in situ.
El tiempo, imprevisible en
Asturias, lo es aún más en primavera, y aquellos agoreros que vaticinaban
lluvia, respiraron aliviados al conocer que los conciertos de la Plaza Mayor
dispondrían de una carpa que nos protegería en el caso de chubascos y
aguaceros. La carpa implica protección, pero también mal sonido, algo que mermó
a algunos artistas.
13:30. Sesión vermú. Hora punta.
Mucha gente vino atraída por el plan gratuito y se respiraba muy buen ambiente
tanto fuera como dentro de la carpa. Dentro estaban Alegato Boogaloo defendiendo su propuesta de Jazz fusión, Soul,
Swing y R&B. Como me comentó tras el concierto su saxofonista Miguel
Gallego, la idea para este proyecto era algo más rollo Big Bang, y a pesar de las limitaciones en la instrumentación, lo
cierto es que Alegato Boogaloo consiguieron defenderse bien en formato trío.
Alegato Boogaloo, encargados de abrir la sesión vermú.
Andaba inquieto antes del
concierto Joe Crepúsculo, y no era
para menos, pues ni el momento ni el lugar eran los más adecuados para él. Su
indie pop eléctrónico es fórmula ganadora para cerrar una noche de festival,
pero a las 3 de la tarde no todos los gatos son pardos: padres con sus hijos,
hippies con sus perros, pijos, outsiders, hipsters y bohemios. La mezcolancia
intergeneracional que se movió al son que marcaba Joe Crepusculo, hizo del show
algo aún más surrealista. Eso sí, el desfase que se montó en la carpa con “La Canción De Tu Vida” o “Mi Fábrica De Baile” fue digno de ver.
Joe Crepúsculo agitó a propios y extraños en la sesión vermú.
Se cerraba la sesión vermú con
éxito, y ahora tocaba pasar la tarde antes de volver al escenario del crimen.
Unas visitas a dos locales imprescindibles de Gijón como El Patio De La
Favorita o el Toma 3 ayudaron a amenizar la espera.
Ambiente de la carpa en el comienzo de la tarde/noche.
A las 20:00 comenzaba la jornada
de tarde/noche con Alberto & García,
de quienes me habían hablado muy bien. Estos se presentaron en formato trío
(dobro y guitarras, ni de percusión ni bajo) para repasar los cortes predilectos
de los fans que allí se dieron cita. Canciones melancólicas y de agradable
escucha. Alberto & García estuvieron acertados hasta para cerrar el
concierto con “Avalancha”, una cumbia
(“como en las fiestas de prao”) que
serviría de puente perfecto para lo que vendría a continuación.
Alberto & García fueron de lo más perjudicados por el sonido de la carpa.
Los que conocemos desde hace
tiempo a Jairo Zavala (alma e ideólogo de Depedro) sabemos que es capaz de
controlar y agitar a la audiencia bastándose con su voz y su guitarra, así que
cuando va acompañado de la banda la cosa se pone caliente, y más si en esta hay
un par de músicos con ganas de liarla, como el saxofonista David Carrasco,
quien bajó del escenario para tocar entre el público. A David le siguió el
batería argentino Martin Bruhn, sacando a bailar a alguna que otra muchacha
sorprendida.
Viajero errante y músico
inquieto, Jairo nos invita a irnos con él de viaje por el mundo gracias a un
cancionero multirracial, rico en matices, que defiende con la convicción del
que sabe que juega cartas ganadoras: “Nubes De Papel”, “El Pescador” (momento
para bailar agarrado, y quien no tengo con quien que se busque la vida),
“Hombre Bueno” o “Llorona”, con la que cerrarían antes de los bises.
Recorriendo mundo gracias al cancionero de Depedro.
Bises que no llegué a ver, pues
si quería llegar al concierto de Novedades Carminha en la Sala Acapulco tendría
que ponerme inmediatamente on the road.
Y ese es quizás el único “pero” reseñable de este festival: los atropellados
horarios hacen imposible ver a todos los artistas. Hablé con gente que quería
ver a Elle Belga en La Laboral pero no quería perderse los conciertos de la carpa;
o gente que quería ver a Max Gamuza o Los Bengala pero también quería disfrutar
de Depedro. Pero, ¿acaso no nos vemos obligados a elegir también en otros
festivales? Aunque, en este caso, si la logística lo permitiese, sería un punto
a favor el que los conciertos no se solapasen.
En pleno debate salen a escena Novedades Carminha y comienzan a
disparar, uno tras otro, esa colección de hits infalibles que consiguen poner
la sala patas arriba sin necesidad de calentamiento. Las paredes de la sala
Acapulco ya estaban sudando en el primer invite. Decían los gallegos en una
entrevista que les hice hace poco que “la
música es un medio de expresión con el que se libera mucha mierda. Esto lo
hacemos para divertirnos nosotros y para que la gente se divierta, se froten o
se olviden de la mierda que les ocurrió en su universidad o en su trabajo. La
música, por suerte, tiene ese poder”. Y ese es el objetivo que
consiguen una noche sí y otra también.
Novedades Carminha, cumplieron con lo esperado y montaron un fiestón.
Y de la Sala Acapulco a la Sala
Albeniz, donde ya estaban tocando Ten Fé,
una de las nuevas promesas del indie británico. Y tengo que reconocer que los
de Londrés me sorprendieron gratamente con un sonido impoluto, con melodías
cristalinas y bien elaboradas, canciones confeccionadas con mimo. Elegantes y
pulcros en la ejecución, tocaron desde piezas crepusculares hasta cortes más
bailables, con un ritmillo juguetón, inocente pero resultón, con buen gusto, el
que hicieron gala Ten Fé en su primera visita a Asturias.
Ten Fé, una de las sorpresas agradables.
Manuela (el proyecto del que fuese guitarrista de Franz Ferdinand,
Nick McCarthy, junto con su esposa y vocalista Manuela Gernedel) fueron los
encargados de cerrar la jornada del sábado (que no el festival, pues aún
faltaría la sesión vermú del domingo). El cansancio acumulado, la desidia de
los músicos sobre el escenario, y una propuesta que no terminé de digerir, me
hicieron aguantar solo un par de temas, y despedirme así del GSF hasta la
próxima edición, que seguro que viene con más y mejor.
Manuela, concierto descafeinado para cerrar la jornada.
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