CRÓNICA CONCIERTOS / Revolver

REVOLVER

La Dársena del Puerto (Navia)

Miércoles 16 de agosto de 2017

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TEXTO y FOTOS: Jonathan Pérez del Río

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Desde que comenzaran su andadura hace tres años, la nueva Comisión de Fiestas de Navia siempre ha apostado por fichar grupos de renombre en el panorama nacional para potenciar el día de San Roque. El primer año, Celtas Cortos. El segundo, Los Secretos. Y para este tercero, Revolver. 

El proyecto del valenciano Carlos Goñi lleva luchando contra los prejuicios desde que debutasen en el ya lejano 88: hacer Rock&Roll en este país cantando en castellano está mal visto. Punto. Los orfebres de las melodías Pop o los songwriters de canciones de autor tienen el beneplácito de la mayoría, pero aquellos que intentan rockear como Tom Petty, Bruce Springsteen o John Fogerty (por citar algunos totems de la música americana) se encuentran contra una montaña difícil de escalar.  

Y ahí es precisamente donde radica el mérito de Revolver, una banda que se ha mantenido fiel a sí misma, que no ha dejado de experimentar (sirva de ejemplo su disco "Argan") y que sigue rodando con honestidad por las carreteras secundarias de nuestro país como hace 30 años. 

En la noche de San Roque, Revolver acertaron en el repertorio pero erraron en el formato. Para más inri, la cosa no empezó bien, con un sonido pobre que ensució dos clásicos como "Sara" o "El Roce De Tu Piel". Con "Mustang Shelby" la banda comenzó a sonar debidamente, y en cada rincón de Navia ya se podía apreciar el timbre de una de las voces más reconocibles de nuestra escena. 

Hablaba del formato por lo que ocurrió cuando llegamos al ecuador del concierto. Solventados los problemas de sonido iniciales y con la banda al fin engrasada, Carlos Goñi arriesgó, se colgó la acústica a sabiendas de que no era lo que se demandaba, y comenzó a interpretar sin más respaldo que su voz y su guitarra tres de las canciones de su última cosecha, aún verdes para la audiencia, echándole (demasiado) hielo al show. Buscaron un momento mágico que sin duda lo sería de estar en un teatro o en una sala acogedora, pero que no obtuvo la acogida esperada en la plaza donde estaban toreando. Aunque para ser justos, para un tipo con el callo que tiene Carlos, estas cosas son nimiedades. 

Con "El Peligro" y la preciosa "El Faro De Lisboa" algunas gargantas volvían a corear esas letras que nos llevan acompañando tanto tiempo, aunque el ambiente ya se había enfriado en exceso. Intentaron remediarlo con los bises, recuperando el músculo gracias a hits como "No Va Más", "San Pedro" y "El Dorado", acelerando el pulso a contrareloj. Se valora la intención, pero tuvimos la sensación de que lo bueno llegó tarde y a destiempo. Que nadie me malinterprete, algunos disfrutamos del concierto de Revolver, teniendo la certeza, eso sí, de que lo disfrutaremos mucho más sentados en las butacas de la platea de algún teatro. 

El poso del concierto alimenta un debate que para mí personalmente no existe. El traer o no a determinados artistas depende principalmente de motivos económicos. Por ello, todo aquel que protesta tiene dos soluciones al alcance de su mano: hacerse socio y colaborar, o coger las riendas de la comisión de festejos y demostrar que puede conseguir algo mejor con los pocos medios de los que se dispone. 

Y desde aquí lanzo una sugerencia que puede sonar arriesgada pero que, en realidad, carece de riesgo: crowdfunding. Lanzar una serie de propuestas, una lista de nombres de artistas consolidados y atractivos para el público mayoritario y ver como la gente responde con la pelota en su tejado.