CRÓNICA CONCIERTOS / Sidecars

SIDECARS

Espacio Estilo (Oviedo)

Viernes 23 de marzo de 2018

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TEXTO y FOTOS: Jonathan Pérez del Río

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Minutos antes de que las puertas del Espacio Estilo se abriesen a la larguísima cola de fans que se extendía a lo largo de la Calle Joaquina Bobela, una de las camareras del bar de enfrente nos comentaba que había gente esperando desde las 7 de la tarde. Dos horas y media después, la muchedumbre (jóvenes chicas en su mayoría) se apelotonaba en las primeras posiciones frente al escenario.

Para Sidecars, Oviedo era la penúltima parada de esta gira en la que están presentando su quinto trabajo, “Cuestión De Gravedad”, el que les ha abierto definitivamente las puertas del éxito tras una década de insistencia. Sonar en las radios comerciales facilita las cosas, y el número de seguidores de los madrileños se ha incrementado hasta el punto de llenar la mayoría de salas que visitan.

Y de gravedad va el asunto, pues los estribillos parecen flotar en el aire desde el arranque con “Locos De Atar” hasta el cierre con “Los Amantes”. La respuesta es inmediata: coros femeninos que llenan el local mientras lo inmortalizan en sus redes sociales, ya que si no lo compartes es como si no estuvieses allí. Es así como funciona ¿no?

Aunque no inventen la fórmula, queda claro que Sidecars saben aplicarla. Canciones cargadas de azúcar, de letras edulcoradas y estribillos pegajosos. Gominolas que enganchan. El mérito es conseguirlo sin renunciar al buen gusto (la introducción con “Because” de The Beatles es un ejemplo). Suenan impolutos y elegantes, 100% radiables.

Todo parece fluir, y sin embargo, hay un pero, y muy importante: los conciertos de Rock&Roll necesitan curvas, algo que los agite, y Sidecars parecen estar moviéndose en línea recta, con la monotonía cargante de los grupos de Pop más comerciales. Por eso es de agradecer cuando intentan ponerse un traje algo más macarra recurriendo a la influencia de rockers argentinos tipo Tequila o Los Rodríguez en “Ya No Tengo Problemas”. El problema es que Juancho tiene una voz preciosa que queda como un guante en esas canciones que les llevan precisamente a la zona de confort, y quedarse ahí, especialmente cuando triunfas, es algo muy tentador. Como cantan en “Contra Las Cuerdas”: “Ven, yo te enseñaré a volar / Mientras vienen los demás a nado”. Y Sidecars ya vuelan alto. Se lo merecen.