CRÓNICA CONCIERTOS / Fernando Egozcue Ensamble
FERNANDO EGOZCUE ENSAMBLE
Fantasio (Navia)
Lunes 8 de agosto de 2022
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TEXTO y FOTOS: Jonathan Pérez del Río
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Sucede una vez cada 365 días: en agosto, por mi pueblo (Navia), se dejan caer algunos de los músicos más finos que uno puede disfrutar sobre un escenario. Esto no se debe a ningún fenómeno paranormal, más bien al trabajo (y al buen gusto) de la asociación "Amigos del Concierto". Gracias a su labor, aquí hicieron escala desde Michel Camilo hasta Ara Malikian.
Esta vigésima edición del Festival Horacio Icasto es especial porque se celebra, por primera vez, en el Fantasio de Navia, un espacio que tiene unas condiciones y una logística impecables para el disfrute de un concierto. Lo saben bien los que se subieron al escenario -organizadores del evento, arquitectos, técnico- para hacer una pequeña introducción al espectáculo. Pero como aquí lo importante es la música, no me extenderé en quién subió y porqué. Los verdaderos protagonistas eran cuatro argentinos y un francés. Puede sonar a chiste, pero créanme que suena a todo menos a eso.
El excelente guitarrista Fernando Egozcue -cabeza pensante y encargado de dar nombre al proyecto-, vino escoltado por cuatro artistas capaces de llenar el escenario por sí mismos si la situación así lo exigiese: a la derecha del escenario, contrabajo y percusión, Miguel Rodrigáñez y Martín Brhun, base rítmica que bombea y marca los latidos de un corazón alimentado al otro lado del escenario, a la izquierda, con teclas y violín, la delicadeza y la sensibilidad en las manos de Laura Pedreira y de Thomas Potirón.
Un sexto integrante, no visible pero de presencia notable, es Javier Álvarez, encargado de la dirección técnica. El quinteto ejecuta una bendita locura inclasificable que podríamos meter en esa etiqueta inabarcable que es el jazz fusión, y que en este caso contiene desde tangos hasta rock progresivo. Una explosión de armonías que va desde la tradición a la propuesta más contemporánea.
¿Qué ocurre si juntas a cinco musicazos con un sonido inmejorable? Pues que ni las fotos ni los vídeos que vean del show le harán justicia al mismo. Era como si el escenario estuviera cubierto por tantas notas como granos de arena puede tener la playa de Navia, notas que, con la primera embestida, saltan por los aires, agitándose, unas veces en un desconcierto violento, otras en un orden sutil. Ninguna de esas notas volvía a tocar el suelo hasta que ellos así lo quisiesen. Y tras el silencio, los aplausos, y esa calma controlada, una nueva acometida y todas a volar.
Así es el jazz, un caos controlado: cinco virtuosos que parecen ir por libre pero que en realidad están trabajando por y para el lucimiento conjunto. Cada pieza, con tanto talento, se convierte en varias canciones en una, zarandeando al oyente como las fuertes corrientes del Cantábrico, a las cuales se recomienda no desafiar: mejor dejarse llevar y acabar así en buen puerto.
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