CRÓNICA CONCIERTOS / Vibra Mahou Fest 2023
El Vibra Mahou Fest celebraba su segunda edición en Gijón con un cartel mucho más atractivo que en la primera y con la respuesta de un público que compró todas las entradas.
Más que un festival, el Vibra Mahou es un maratón de un día: una jornada exigente que arranca por la mañana y acaba de madrugada. Por ello, muy a nuestro pesar, nos perdimos a Carmen 113, llegando justos para el concierto de Carlangas. El ex Novedades Carminha acababa de sacar dos días antes su primer disco en solitario, un proyecto personal con el que muestra sin escrúpulos sus influencias de la música latina. Una propuesta ecléctica, festiva y bailable, que sería mucho más apropiada cuando cayese la noche, parafraseando el hit que le ha unido a su ídolo Manu Chao.
Sexy Zebras se subieron al escenario a una hora quizás no muy adecuada para su estilo, pero cumplieron con un concierto más que correcto que hizo entrar en calor definitivamente al público. Empezaron con sencillos de su último disco, hicieron un pequeño repaso por temas más clásicos y potentes como “La máquina” o “Búfalo blanco” y terminaron con una pequeña entrega de sus últimos himnos más mainstream como “O todos o ninguno” o "Tonterías".
Karavana dejaron una buena impresión para sobrepasar el ecuador del festival, con su punk rock alejado de lo subversivo y de los latigazos tradicionales. Tuvieron una buena acogida dentro del formato de Vibra Mahou, poniendo el broche a su actuación con el guiño explícito de “Strokes”.
Con Second me llevé la sorpresa (agradable) del festival; no por ser desconocidos al gran público ni por salirse de la línea definida por el resto de grupos. Los murcianos lo fueron por haber ofrecido el directo más intenso de todos, un adiós perfecto a Asturias en su gira de despedida. Para el recuerdo, himnos como "2502" o "Rincón exquisito".
No fue el mejor concierto de Shinova, pero se palpaba mucha expectación entre los presentes por seguir de primera mano el ascenso que sigue experimentando el grupo, uno de los reclamos de esta segunda edición. No se dejaron en el tintero ninguno de sus grandes éxitos y se podría decir que estamparon su sello sin alardes pero de forma efectiva en el libro de visitas del festival.
Los encargados de poner el punto final a esta edición fueron Viva Suecia, haciendo un recorrido bastante extenso por su discografía. La banda liderada por Rafa Val se encargó de mantener conectada a la audiencia hasta el final, con algún que otro ramalazo digno de las bandas más consagradas y sin dejar de lado ni una de sus canciones más emblemáticas, poniendo el broche a su concierto, y al festival, con ese himno mayúsculo que es "Amar el conflicto".
Comentarios
Publicar un comentario