LITERATURA / Juán José Millás & Juan Luis Arsuaga
JUAN JOSÉ MILLÁS &
JUAN LUIS ARSUAGA
La vida contada por un
sapiens a un neandertal
Hace años que el escritor Juan José Millás y el paleontólogo
Juan Luis Arsuaga se embarcaron en un viaje, como Quijote y Sancho, por los
orígenes y su evolución de nuestra especie. Millás traza; Arsuaga explica. “La
vida contada por un sapiens a un neandertal” fue su primera entrega (aunque yo
comencé, sin motivo explicable, por la segunda, "La muerte contada por un sapiens a un neandertal") y se dice que se está cocinando
una tercera que cierre la trilogía.
Un día, hace años, estuve en Atapuerca y al volver a casa,
cuando me preguntaron que de dónde venía, dije:
- De ver a los abuelos.
Aquella experiencia cambió mi vida. Regresé convencido de
que entre los habitantes supuestamente remotos del conocido yacimiento
prehistórico y yo había una proximidad física y mental extraordinaria.
Lo sentí como se siente una llaga.
Los siglos que nos separaban eran calderilla frente a los
milenios que nos unían. Los seres humanos hemos pasado el noventa y cinco por
ciento de nuestra existencia en la Prehistoria. Acabamos de aterrizar, como el
que dice, en este lapso brevísimo de tiempo que llamamos Historia. Significa
que la escritura, por ejemplo, se inventó ayer, aunque tenga cinco mil años. Si
cerraba los ojos y alargaba el brazo, podía tocar las manos de los antiguos
habitantes de Atapuerca y ellos podían tocar las mías. Ellos estaban en mí
ahora, pero yo ya estaba en ellos entonces.
.........
Date cuenta de que podemos conseguir al día dos mil quinientas calorías, más o menos. No es fácil obtenerlas y conviene
administrarlas. (…) Hay dos tipos de desplazamientos que no molan: el
desplazamiento hacia arriba y abajo y el desplazamiento hacia los lados. (…) Si
lo piensas, andar es estar cayéndose todo el tiempo.
- ¡Fantástico! –exclamé con auténtica admiración-.
Andar es estar cayéndose todo el tiempo, igual que vivir es morirse sin pausa.
- Pero te caes de manera controlada –añadió el paleontólogo,
ajeno a mi hallazgo retórico-, de modo que no te das cuenta, no lo notas. No
notas que te caes.
- Tampoco notas que te mueres –insistí sin
resultado alguno.
.........
- Yo soy ateo –añade el paleontólogo-, pero no
disfruto metiéndome con las creencias de nadie. (…) El ateo diría que dios es
un producto cultural característico de las sociedades complejas. Se trata, en
fin, de una construcción, lo mismo que una calzada.
- ¿Qué diría un creyente?
- Diría que es inevitable que el ser humano acabe
encontrando a dios por la propia dinámica de la Historia. (…)
- ¿No hay ahí un cierto determinismo histórico?
- Es que la Historia tiene pautas, progresa
adecuadamente con determinados patrones que se repiten. Mark Twain decía que la
Historia no se repite, pero rima. Es un modo literario de decirlo.
- Pero si la vida individual es producto del azar,
¿cómo es posible que la colectiva sea el producto, digamos, de una
planificación?
- ¿Quiere decir eso de que la vida individual es
producto del azar?
- Yo no sé cuando voy a morirme, por ejemplo.
- Tú no, pero las casas de seguros sí.
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