CRÓNICA EXTRAVAGANZZA III: LA FIESTA DEL GRANERO
EXTRAVAGANZZA III
LA FIESTA DEL GRANERO
Sala Albeniz (Gijón)
19 de diciembre 2014
El Extravaganzza
del año pasado tenía como temática los clásicos bailes de fin de curso
americanos. Para esta tercera edición, Blues & Decker nos hicieron creer que estábamos en una gran fiesta en algún granero perdido por el sur de Estados
Unidos.
Tuve la ocasión
de estar en la Sala Albeniz en todo tipo de aventuras, pero nunca me lo imaginé
como en la noche de ayer. Al entrar uno tenía la agradable sensación de estar
en una sala totalmente diferente. Por el ambiente, los personajes y las
canciones que sonaban de fondo, uno podía olfatear aromas del sur de Estados
Unidos. Como visitar algún rincón de Kentucky, Alabama, Texas, Arkansas o
Tennessee.
Es el
Extravaganzza un evento en el que el público es protagonista y de alguna manera
se ve obligado a mimetizarse con la temática dominante. Meterse de lleno en el
papel que ha ido a representar sintiéndose como un auténtico cowboy. Como
cabezas visibles del proyecto y agitadores de la fiesta, gobernando desde el
escenario estaba la Dirty Feelin´Drillin´Band. Esta banda ocasional (en la que
los integrantes de Blues & Decker ejercen como núcleo principal), está formada por
Guzmán “Long John” Lanza a la guitarra, Dani “Roscoe” Pérez a la batería, Kike
“Jimbo” Cuetos al bajo, Ángel “Cletus” Ruíz al banjo y el steel guitar, Héctor
“Jethro” Braga a la mandolina, Gustavo “Bubba” Pérez a la voz y guitarra y
Aníbal “Rufus” Menchaca a los teclados. Bien escoltados estos por las Mountain
Sisters, el grupo de coristas formado por Gema “Billy Jo” Fernández, Puri “Mary
Beth” Penín y Sil “Cindy Lynn” Fernández. Y eso sin contar con los invitados
que se subían a la palestra para aportar su granito de arena, como el caso de
Ángel Lanza, que dejó su huella con la armónica en unas cuantas canciones del
set-list.
Es el
Extravaganzza una escusa perfecta para que Blues & Decker se alejen de los
terrenos habituales del Blues Rock y puedan juguetear con otras tendencias,
adentrándose en este caso en los sonidos sureños del Country and Western, del
Hillbilly, del Honky Tonk o del Bluegrass. Y durante más de 3 horas, la banda
interpreta con compromiso y buen gusto más de 30 clásicos del género, con
nombres tan importantes como Johnny Cash (“Ring Of Fire”, “Folsom Prisom
Blues”), Hank Williams (“Jambalaya”), Dick Burnett (“I´m A Man Of Constant
Sorrow”) o Waylon Jennings (“I´m A Ramblin´man”) entre otro muchos, así como
acometer piezas realmente históricas y mil veces versionadas como “Ghost Riders
In The Sky” o “The Call Me The Breeze”, con especial mención al popular “My
Rifle, My Pony and Me”, corte incluido en la BSO del film Río Bravo, y que interpretaron como una tonadilla íntima al calor del fuego en mitad de la noche, y que les
sirvió para abrir el segundo pase.
Durante el show
se suceden los sketches con todo tipo de personajes reclamando su protagonismo. Desde el Sheriff aguafiestas hasta ese granjero que reclama escopeta en mano alguien
digno para sus hijas. O ese ciego que recupera la vista tras probar un mejunje
mágico para alegría de todos los presentes. Y entre medias, el concurso para
llevarse el cerdo (de peluche, que todo hay que aclararlo), en el que tres
personas del público ponían a prueba sus estómagos intentando comer el mayor
número de perritos calientes en el tiempo de una tonadilla.
Y la noche acabó
a lo grande, con todos los protagonistas en el escenario tocando el “Thank God
I´m A Country Boy” de John Denver, con un baile preparado en el medio de la
pista, con una coreografía sencilla y apta para que cualquiera pudiera unirse a
la fiesta.
Como no podía ser
de otra manera, el Extravaganzza fue un éxito mayúsculo que desembocó en una
noche irrepetible. ¿Dije irrepetible? Afortunadamente, quien quiera repetir
experiencia puede hacerlo el día 9 de enero en la Sala Club del Niemeyer o el día 2 de febrero en la Sala Sir Laurens de Oviedo. Yo que tú lo
tendría en cuenta.
Blues & Decker Página Oficial
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