CRÓNICA CONCIERTOS / Los Secretos
LOS SECRETOS
La Dársena (Navia)
Martes 16 de agosto 2016
Tal y como ocurrió
el pasado año, el día de San Roque ofrecía el mayor atractivo en la
programación de las Fiestas de Navia. Los chicos de Sofinavia repitieron
formula y apostaron por un grupo con caché y la jugada les volvió a salir de
lujo. La explanada de La Dársena presentaba un lleno a reventar para recibir a Los Secretos.
Los Secretos estaban en la ciudad. Una entradilla
que bien podría remontarnos a mediados de los 80 o 90 pero que nos sirve
también en pleno 2016. Que nadie piense en esos grupos que viven del nombre y se
arrastran por los escenarios (a todos nos vendrán unos cuantos nombres a la
cabeza) pues no es su caso precisamente.
Su GPS les trae a territorio astur cada año, pero
hasta la fecha nunca se habían dejado caer por Navia. Los madrileños, que son
tipos listos y pragmáticos, no iban a cometer el craso error de empalagar al
personal con gran parte de su nuevo trabajo (“Algo Prestado”), y menos en su
primera visita al pueblo. Si bien es un gran disco de versiones de clásicos de Graham
Parker, Gram Parsons, Peter Gabriel, Jackson Browne, Rodney Crowell o Fountains
of Wayne, no es lo que la gente suele demandar en sus directos. Eso sí, alguna
que otra pincelada tenía que caer, como el sencillo “Échame A Mí La Culpa” con
la que decidieron abrir el bolo, “Entre Tú Y Yo” o la pegadiza “Ponte En La
Fila”.
Y hasta ahí el cancionero de su nueva remesa, pues
el resto del repertorio lo ocuparon los grandes clásicos de la banda, esas
canciones que para algunos forman parte de la Banda Sonora de nuestras vidas,
esas historias cercanas con las que todos podemos identificarnos y que perduran
con el paso del tiempo. Esas canciones que en la cálida voz de Álvaro suenan
sinceras y creíbles: “Colgado”, “Y No Amanece”, “La Calle Del Olvido”, “Ojos De
Gata”, “Ojos De Perdida”, “Agárrate Fuerte A Mí María” (otro clásico llevado a
su terreno, busquen “Carmelita” de Warren Zevon, o mejor aún, la popularizada
por Linda Ronstadt), “Pero A Tu Lado”, “Por El Bulevar De Los Sueños Rotos”, “Déjame”,
“Quiero Beber Hasta Perder El Control”….. un repertorio que no necesita mucha
presentación y del que solo eché en falta “Dos Caras Distintas” (por ser una de
mis favoritas) y “Frío”, canción con la que últimamente recordaban a su buen amigo
Manolo Tena.
El pequeño de los Urquijo, único miembro de la
formación original, es, lógicamente, el rostro reconocible de la banda, aunque
en ningún momento intenta destacar por encima del resto. Álvaro Urquijo ha sabido
rodearse de grandes músicos y mejores amigos, que sobre el escenario emiten
buenas vibraciones y empastan a la perfección: Ramón Arroyo (guitarras, así en
plural, pues tenía una decena a su disposición), Jesús Redondo (teclados),
Juanjo Ramos (bajo) y Santi Fernández (batería). Una maquinaria estable que
funciona sin florituras y que factura, de forma limpia y cristalina, agradables
melodías aptas para todos los públicos.
Los Secretos han sabido reinventarse, desmarcarse de
una etiqueta que no iba con ellos (la Movida Madrileña), y sobrevivir a las
desgracias que se cebaron con la formación. La perseverancia de Álvaro, y su amor por la música, han conseguido
llevarlos a donde están ahora: una de las bandas más queridas y admiradas del
panorama nacional. Las toneladas de cariño que reciben cada vez que se suben a
un escenario funcionan como un bálsamo que sirve para superar cualquier
adversidad.
Como moraleja, la letra de una canción que no iba a ningún lado y que se convirtió en un himno de la banda gracias a sus fans: “He muerto y he resucitado / Con mis
cenizas un árbol he plantado / Su fruto ha dado y desde hoy algo ha empezado (…) Ayúdame y te habré ayudado / Que
hoy he soñado en otra vida / En otro mundo, pero a tu lado”.
Y nosotros, al
suyo.
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