CRÓNICA CONCIERTOS / Corazones Eléctricos

CORAZONES ELÉCTRICOS
Sala Memphis (Gijón)
Viernes 6 de abril de 2018
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TEXTO y FOTOS: Jonathan Pérez del Río
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Nueva York. 1991. Lo gritaban Andy Shernoff y sus Dictators en su himno “Who Will Save The Rock & Roll”: “Tres acordes revolucionarios / elige tu bando y elige bien / ¿Quién salvará el Rock&Roll?”. Cerca de cumplirse 3 décadas, en una pequeña sala de Gijón, tres valencianos nos lo recordaban: “Muchos se cansaron y han dejado el local / lanzan sus canciones hacia el fondo del mar / y se quedó colgado el viejo poster de los Rolling Stones / ¿Quién salvará el Rock&Roll?”. El Rock&Roll no necesita que nadie lo salve pues sabe cuidarse bien él solito, pero, por si acaso, en cualquier rincón del planeta siempre habrá bandas como Corazones Eléctricos para sacarlo a flote.



Bandas capaces de recorrerse 2.000 kilómetros para plantar la semilla en una nueva ciudad, y con suerte, recoger los frutos. Llegar a las 7 de la tarde, descargar, montar, probar, cenar y tocar a las 10. Para 1000 personas o para 45. En la Sala Memphis no hay fuegos de artificio, ni luces rimbombantes, ni gigantescas pantallas de LED, sólo 3 tipos dejándose la piel a escasos centímetros del personal. Eso es Rock&Roll.



En tiempos de grupos de versiones y grupos tributos, supone un esfuerzo titánico volver a empezar con un nuevo proyecto y defender desde cero tus nuevas canciones. En esa aventura se embarcó Pau Monteagudo (ex de Uzzhuaïa), escoltado por una potente base rítmica formada por Kako Navarro al bajo y Miguel Giner a la batería. Y está visto que con 3 se bastan y se sobran. Suenan compactos y bien engrasados. Suenan alto y claro. Suenan bien.




Corazones Eléctricos tienen un disco (homónimo) en el mercado, y su show (de 75 intensos minutos) gravitó sobre esta colección de canciones. Canciones que nos recuerdan a Uzzhuaïa únicamente por la personal voz de Pau, pero que suenan al Rock&Roll de Los Zigarros, al Stoner jugueton y bailongo de Queens Of The Stone Age o al Garaje escandinavo de The Hellacopters o Imperial State Electric. Una fórmula que mezcla los guitarrazos de alto voltaje (“Cama De Faquir”, “Camino Al Sur”) con melodías más accesibles (“Todo Me Recuerda A Ti”, “El Coleccionista De Fronteras”), sin renunciar a la elegancia a bajas revoluciones (preciosa “Baile De Salón”). Para rellenar el repertorio incluyeron un par de logradísimas covers: “Ziggy Stardust” de Bowie; y una potentísima “Helter Skelter” de The Beatles con la que se despidieron. “Cada vez está más cerca el día en que haya gente que no conozca a The Beatles” decía Pau. Como se cumpla su profecía que John, Paul, George y Ringo nos pillen confesados.

Bromas aparte, el concierto pasó volando y nos dejó, inevitablemente, con ganas de más. Buena señal. 


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