CRÓNICA CONCIERTOS / Tsunami Xixon 2019
TSUNAMI XIXON`19
La Laboral (Gijón)
2 y 3 de agosto de 2019
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TEXTO y FOTOS: Jonathan Pérez del Río
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A lo largo de un fin de semana, en un festival se cruzan tantas
historias y suceden tantas anécdotas que darían para otra trilogía de Iñárritu,
y de escribirse sobre ello se generaría un ladrillo a la altura del “Fausto” de
Goethe o del “Mobi-Dick” de Herman Mellvine. Pero que nadie se alarme pues este no
será el caso. Las crónicas de los festivales, cortitas y al pie. Así que al
lío.
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VIERNES 2 AGOSTO
VIERNES 2 AGOSTO
En el norte, el tiempo siempre es
un factor determinante, y se cruzan muchos dedos para que se dé, como afortunadamente
se dio, un fin de semana tan soleado como el que vivimos en esta tercera
edición del Tsunami Xixon, que para el que esto escribe arrancó con los suecos The Baboon Show, que subieron aún más
si cabe la temperatura ambiente con su explosiva actuación, enérgica y
bailonga. A los que acabábamos de llegar, enseguida nos pusieron a tono chutes directos a la vena como “Radio Rebelde” o “You Got A Problem Without Knowing It”.
A estas horas de la tarde, los
que tocan en el escenario pequeño se enfrentan a un sol de justicia, y The Lizards -que venían presentando su
tercer disco, “Inside Your Head”- lo combatieron a base de guitarrazos de Punk Rock, contagiando su entusiasmo a
unos cuantos que salieron del refugio de la sombra y se fueron hacia adelante a
sudar con ellos la camiseta.
Volvimos al escenario principal
para comprobar el por qué hay tanto revuelo con Carolina Durante. Los madrileños no hacen nada que no hayan hecho tantos
otros grupos en los últimos años, pero por motivos que se nos escapan, la fórmula
les ha funcionado mucho mejor que al resto. Algo más viejo que los caminos: el
estar en el momento y lugar adecuados. Aunque su lugar no fuese el Tsunami,
donde mezclaban igual de bien que el agua y el aceite.
Fuimos sin ninguna referencia a ver a Willis Drummond, y con ellos recuperamos las pulsaciones propias del festival. Al defender su propuesta en euskera, supongo que mucha gente les colocará en la senda de Berri Txarrak, aunque viendo su directo, tan pronto nos recuerdan a Pearl Jam como a Down. Los de Baiona se vaciaron sobre las tablas, y nosotros, por si acaso, ya apuntamos su nombre.
Tras reponer fuerzas regresamos
para ver a Pulley, grupo de culto dentro del Punk noventero. Los de la costa oeste recurren al ABC del Skate Punk, del Hardcore Melódico y del Punk Rock de la escuela californiana, pero en directo lo defienden
muy dignamente, y con un sonido más que decente, algo que en el género no se
destila mucho.
Caía la tarde, y Toundra fueron la perfecta Banda Sonora
para el paréntesis que separaba la jornada de día de la de noche. En esta
ocasión optaron por un repertorio más comedido, lo que nos mostró su faceta más
sosegada (más punteos cristalinos, menos descargas eléctricas), aunque en sus
actuaciones siempre hay esas subidas y bajadas de intensidad que desembocan en
tormentas eléctricas. Da igual. No importa las canciones que elijan, les basta
con ser ellos mismos.
Ya de noche, con todos los gatos
pardos, salió a escena un animal nocturno como Danko Jones, atacando con su Rock
And Roll picante como jugueton. Tan subido de tono, que alguna pareja –como
la que estaba justo a mi derecha- comenzó a frotarse como si fuese la última
noche de sus vidas, y claro, cuando la tensión ya se hizo insostenible buscaron
refugio, supongo (espero) que para desfogar. El resto nos tuvimos que conformar
con seguir en la compañía de Danko (que no es pocoy cantar a grito pelado hits como “First
Date”, "Had Enough" o la celebrada “My Little Rock And Roll”.
El reclamo de la noche, al igual
que en la primera edición, fueron los californianos The Offspring. Por increíble que parezca, el estatus de la banda
parece incrementarse con el paso de los años, como si sus éxitos de toda la
vida ganasen en consideración. Y dado que estos tipos siempre fueron una
maquina a la hora de fabricar éxitos como churros, el set list que manejan es, sencillamente, incontestable. “All I
Want”, "Why don’t you get a job?" (con fiesta de balones gigantes incluida), “The Kid Aren´t Alright” , “Original Prankster”, “Self Esteem”, “Pretty Fly (For A White Guy)”, “You`re Gonna Go Far, Kid" o “Come Out And Play” son artefactos sonoros tan irresistibles que
permiten mantener el concierto en el cenit desde el minuto uno. Si encima
suenan bien ya no hace falta añadir mucho más: victoria por goleada.
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SÁBADO 3 AGOSTO
El sábado despertábamos con otro
día cojonudo, y el bañín de la playa fue ideal para refrescar de cara a la
jornada del sábado, que nos recibió con la noticia de que No Fun At All tocarían en el escenario pequeño a las ocho de la
tarde debido a un problema con los vuelos. Cambio de planes que propició que El Altar Del Holocausto se presentasen en
el escenario grande. Oportunidad que no desaprovecharían. Al igual que Dante en
“La Divina Comedia”, el cuarteto emprendería
un viaje que les llevaría a descender a los infiernos, transitar por el
purgatorio, para finalmente llamar a las puertas del cielo, que se les abrirían
de par en par tras un concierto tremendo. A caballo entre el Post Rock y el Doom, en directo sonaron densos y envolventes, y esto unido a su
habitual e impactante puesta en escena, consiguió que la gente se conectase,
poniendo el listón muy alto para todos los que vendrían a continuación.
Un día me voy a levantar para desayunar y
voy a tener tocando en la cocina a La
Maravillosa Orquesta Del Alcohol, porque, por unas o por otras, este año
les he visto (ya) seis veces. Estos siete hombretones de Burgos no se iban a amilanar ante el bolazo que habían dado El Altar Del Holocausto y cumplieron como hacen siempre. Ideales para cualquier estación del año, LA M.O.D.A. es una maquina todoterreno
que se mueve con soltura en cualquier escenario de cualquier festival, pues ese es su hábitat natural, y encima están en una forma envidiable, con el depósito de gasolina siempre lleno. Como
muchos esperábamos, en “PRMVR” apareció Gorka Urbizu de Berri Txarrak. Por lo demás, más de lo mismo. Ósea, mucho y bueno.
Son un seguro de vida.
El cambio de planes antes
mencionado hizo que No Fun At All
tocasen en el escenario pequeño. La marea humana que, en respetuosa procesión, se dirigía hacia allí, ya nos advertía del petazo que nos íbamos a encontrar. Aquello iba a estar impracticable, así
que optamos por verlo desde lo alto, y bien a lo lejos, con unas vistas periféricas
envidiables. A veces, los toros, mejor verlos desde la barrera. Y más viendo la
que montaron, con la peña desatada volando por los aires.
Berri Txarrak anunciaron que esta gira sería la de despedida, así
que hay que aprovechar cualquier oportunidad para disfrutar de uno de los
directos más poderosos del panorama nacional. En los últimos 25 años,
cualquiera que viese alguna vez a los navarros sabe que no exagero. Los que no
habían tenido la oportunidad, comprobaron en sus carnes como suenan en directo:
como una auténtica apisonadora. Son solo tres, pero sobre el escenario parece
que está tocando un ejército. David de
LA M.O.D.A. les devolvió el favor y cantó con ellos “Lemak, Aingurak”,
colaron una versión tremebunda de El Columpio Asesino (“Toro”), y acabaron por
todo lo alto con la esperada “Denak Ez Du Balio” con los cimientos de la
Laboral temblando. Su directo fue tan apabullante que mientras escuchábamos la
ovación final ya sabíamos que habíamos visto el concierto del festival. Y que
pase el siguiente.
Difícil papeleta para Kaiser Chiefs, que para mi sorpresa, lejos de arrugarse, ofrecieron otro de los conciertos del Tsunami. Sonaba el comienzo de “Money For Nothing” de los Dire Straits a modo de intro y empalmada con “Everyday I Love You Less And Less” supuso un arranque de concierto perfecto. Aún no las tenía todas conmigo. pero poco a poco, el carisma de Ricky Wilson (un frontman con un dominio absoluto del escenario) y una colección de canciones idóneas para el directo (un poco de Brit Pop por aquí, de Indie Rock por allá, y voila) consiguieron que me viniese muy arriba. Algunas de las canciones de su reciente cosecha (como "Golden Oldies" o "People Know How To Love One Another" ) nos brindaron momentos brillantes de verdad. Los de Leeds demostraron oficio y mucho buen gusto. Y que son mucho más que el grupo de “Ruby”, que, dicho de paso, desató la locura.
Perdí a mis socios antes del
concierto de Los Bengala, pero me
encontré con una chica de Ferrol muy simpática, con la que comencé a hablar de un poco de esto y otro poco de lo otro, mientras que a nuestra izquierda, a escasos metros, el dúo zaragozano
la liaba parda. A veces basta con una batería y una guitarra para crear un guateque primitivo en el que la peña se comporte como auténticos salvajes.
El cierre lo pondrían NOFX. Muchos bostezos capté de soslayo durante su
actuación. No sé si fruto del cansancio de dos días frenéticos, o por el propio
show que estaban ofreciendo los angelinos. Dado que invirtieron la mitad del
tiempo en hablar, me decanto más bien por lo segundo. Mientras enfilábamos la salida, entonaban su clásico “Don´t Call Me White”.
Así nos despedíamos de la tercera edición del Tsunami Xixon, fantaseando con que el año que viene, vuelvan a traer a Royal Republic.
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