LITERATURA / Sara Mesa

SARA MESA
La Familia


Tras leer dos de sus novelas ("Cara de pan" y "Un amor"), ya afronto de una manera diferente los próximos trabajos de Sara Mesa. Sara parece que escribe con el piloto automático, haciendo fácil lo difícil, metiendo el bisturí en la naturaleza humana, creando personajes profundos, con sus luces y sus muchas sombras. En este caso, radiografiando una familia y las máscaras tras las que se ocultan algunos de sus miembros. Hay diálogos que parece mentira que puedan funcionar en una novela de éxito, pero Sara ha conseguido que leamos desde su punto de vista. 


Cleptomanía es una palabra demasiado fea para ser pronunciada, dijo, carece totalmente de atractivo. (...)
Confesar que tenía ese problema no la dejaba en buen lugar. Significaba admitir que en su interior vivía un monstruo insaciable, de una voracidad repugnante. Un monstruo que ni siquiera poseía los atributos seductores de otros monstruos. Puestos a elegir, había caídas mucho más atractivas, como el malditismo de la anorexia -esas chicas ojerosas y pálidas, todas ellas clavícula, pómulos y pelvis-, la adicción al alcohol o las drogas, o incluso el magnetismo de la depresión, ese dolor inmenso y envolvente, subyugante y oscuro, de aquellos que se niegan a levantarse de la cama. Pero lo de ella, el monstruo que le había tocado en suerte a ella, era grosero y sucio. 

.........

El aeropuerto es ahora un lugar distinto, anónimo, frío, muerto, con más gente que antes, con más ruido. ¿Dónde está Babú, dónde se ha metido? Ve hileras de bancos, plástico y acero, más plástico y más acero, las hebras de azafrán adelgazándose en el cielo, y muchas más personas, más tiendas y maletas, montones de sándwiches ordenados en sus expositores, asépticos surtidores de zumos y fruta cortada en tarritos, la prensa con las mismas noticias de ayer, las mismas de mañana, avisos luminosos, niños desesperados, hartos de todo, un chihuahua enfurecido, hombres feos, tripones, con trajes que no le quedan bien a nadie, junto a chicas a las que les queda bien todo, ese mundo que nunca vieron sus tíos, que jamás viajaban, y que ella está harte de ver, con tanto viaje.

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