CRÓNICA CONCIERTOS / Ara Malikian
ARA MALIKIAN
Auditorio Niemeyer (Avilés)
Sábado 14 de enero de 2017
“La Increíble Historia Del Violín”. No digo que no sea interesante, pero a lo
mejor es un poco tostón ¿no? No si se lo cuenta, y se lo toca, Ara
Malikian.
Uy, a ese le conozco, me suena de verle en algún sitio. Comprensible, a no ser que lleve usted enterrado bajo tierra el último lustro, pues ha aparecido en las televisiones, periódicos, revistas y radios de medio mundo.
¿Y tanto ruido está justificado? No lo dude, pues además de ser uno de los mayores virtuosos que uno se puede encontrar al violín, Ara se deja el alma en cada actuación, y encima es simpático a rabiar. Y lo más importante, ha conseguido traspasar fronteras (de todo tipo) y llevar la música clásica al gran público. De ahí que cuelgue el “no hay entradas” allá donde va.
Supongo que ahora es cuando me dirá que nadie le ha regalado nada. Supone bien. Su padre le entregó un violín a los 3 añitos, y ese instrumento quizás evitó que fuese un refugiado más. ¿Le parece ahora más acertado el título del tour/disco?
Uy, a ese le conozco, me suena de verle en algún sitio. Comprensible, a no ser que lleve usted enterrado bajo tierra el último lustro, pues ha aparecido en las televisiones, periódicos, revistas y radios de medio mundo.
¿Y tanto ruido está justificado? No lo dude, pues además de ser uno de los mayores virtuosos que uno se puede encontrar al violín, Ara se deja el alma en cada actuación, y encima es simpático a rabiar. Y lo más importante, ha conseguido traspasar fronteras (de todo tipo) y llevar la música clásica al gran público. De ahí que cuelgue el “no hay entradas” allá donde va.
Supongo que ahora es cuando me dirá que nadie le ha regalado nada. Supone bien. Su padre le entregó un violín a los 3 añitos, y ese instrumento quizás evitó que fuese un refugiado más. ¿Le parece ahora más acertado el título del tour/disco?
Pues sí. Cuénteme algo de su directo. Sus shows son una
montaña rusa de emociones. La sola presencia de Malikian justifica una
entrada, pero también la de los músicos que le acompañan: Jorge Guillén al
violín, Humberto Armas a la viola, Antha Kumar a las tablas indias, Tania
Bernáez al contrabajo, Héctor ‘El Turco’ a la percusión, Cristina Garrido al
violonchelo y Tony Carmona a la guitarra.
Un plantel de lujo para acometer un
repertorio imprevisible, donde tan pronto entran piezas cargadas de ternura (“El
Vals De Kairo” dedicada a su hijo) o sentidas (“1915” en memoria de las
víctimas del genocidio armenio), como frenéticas versiones (mención especial
para “Misirlou”, esa canción tradicional griega que el padrino de la música
Surf, Dick Dale, popularizó en los años 60; o la poderosa revisión que se
marcaron del “Kashmir” de Led Zeppelin).
Vaya, sí que es curioso. Un rockero haciendo música clásica. O viceversa. Con decirle que lo primero que sonó fue
el sonido wah-wah del “Voodoo Child” de Jimi Hendrix seguido por una pieza de
Mozart se lo digo todo. Ah, y se acordó también de David Bowie con “Life On
Mars”.
¿Y la música clásica que la dejó aparcada para otra ocasión? En absoluto, a lo
largo de la velada recurrió a Chopin, Vivaldi o Bach, cerrando el concierto con
la preciosa “Aria”, de este último, con la que recorrió (entre el público) el
auditorio de arriba abajo en uno de los momentos más especiales de la noche.
No quiero ser quisquilloso, pero me está hablando solamente de
versiones. Hombre, no piense mal. Malikian no es un compositor, y él mismo se
encarga de reconocerlo en cada actuación, y aunque es verdad que gran parte del
repertorio se centra en covers (de
muy buen gusto y mucho mérito), también hay cortes de cosecha propia. Además de
la citada anteriormente dedicada a su hijo, también destacan “La Danza Del
Percebe” o “Requiem Por Un Loco” (dedicada al protagonista de su vida: el
violín). Así que no me sea repugnante y vaya usted a verle. Piense que de cada
uno de sus conciertos siempre se sale un poco más feliz que cómo se entra.
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