CRÓNICA CONCIERTOS / Sexy Zebras
SEXY ZEBRAS
Memphis Club (Gijón)
16 de febrero de 2019
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TEXTO y FOTOS: Jonathan Pérez del Río
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Noche de sábado en Gijón. Los Sexy Zebras están en la ciudad. Decenas de personas forman cola frente a las puertas del Memphis Club. Tiene pinta de que habrá lleno. O casi. Entre lo pequeña que es la sala, y lo calientes que son los bolos del trío de Hortaleza, la muchedumbre no es consciente de que, más que a un concierto, van directos a una olla a presión.
Pero antes de que los protagonistas de la noche saliesen a escena, un chico llamado Alberto (cantante del grupo Alberto & García –que aprovecho para recomendar, pues tienen un gusto exquisito en lo que hacen-) se erigió como héroe salvador al venir deprisa y corriendo desde Oviedo con su ampli para que el grupo pudiese tocar. Gente como Alberto dignifican esta profesión.
Salvados los muebles, Gabriel Montes (voz y bajo), Samuel Torío (batería y voces) y José Luna (guitarra y voces) se suben al escenario como quien se sube a un ring: a pecho descubierto y con pantalón de deporte. Y como boxeadores arremeten con “Yeah”, aporreando los instrumentos como si les fuese la vida en ello. No hace falta motivar a la peña porque Sexy Zebras se tiran al cuello a degüello. Cómo “Caníbales”.
Así será durante casi dos horas. Pildorazos, uno tras otro, hasta que las paredes comienzan a sudar. En las primeras filas -chicos y chicas rabiosamente jóvenes- se contagian de la locura que reina en el escenario, quitándose las camisetas y botando como chiflados. La energía que escupen los amplis rebota por toda la sala como si de un pinball se tratase.
Pueden gustarte más o menos, pero lo cierto es que Sexy Zebras son demoledores, especialmente en una sala como la Memphis, que no sé por qué, pero siempre suena impecable. Dejando de lado el contenido (y el mensaje infantil) de sus letras (un hándicap que impide que mucha gente se los tome más en serio) su directo es apabullante.
Se entregan como si fuese el último concierto de sus vidas y la colección de trallazos que tienen en su repertorio es para tener en cuenta: “Salvajes”, “La Máquina”, “Búfalo Blanco”, “Visitantes”, “El Fugitivo” o “Sexo Y Marihuana”, dejando para la traca final “Quiero Follar Contigo” (lo más cercano que tienen a una balada), “Mami” (una de las más solicitadas) y “La Polla”, con la que ponen el broche a un bolazo incontestable.
En pequeños recintos, Sexy Zebras nos hacen imaginarnos cómo sería una orgía entre Motley Crüe, Rage Against The Machine y Molotov. Eso sí, manteniendo sus señas de identidad, haciendo lo que les sale de la polla.
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