CRÓNICA CONCIERTOS / Hallowindie

HALLOWINDIE
Palacio de Exposiciones y Congresos (León)
Sábado 2 de noviembre de 2019
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TEXTO y FOTOS: Jonathan Pérez del Río

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Se estrenó el Hallowindie el sábado 2 de noviembre, y lo hacía en un recinto (casi) nuevo de paquete: el enorme Palacio de Exposiciones y Congresos de León. 
Al evento –más bien un festival con temática de Halloween que una fiesta de Halloween con temática de festival- acudieron, según la organización, unas 7.000 personas, y a pesar de los esfuerzos de la organización para que la gente se animase a disfrazarse, fueron minoría los que se atrevieron a caracterizarse para la ocasión. Si es que somos unos sosos.

El encargado de inaugurar el festival fue el bueno de Alex Díez (aka más conocido como Cooper), en un concierto con alta carga emocional por eso de ser el de su despedida, y hacerlo a lo grande: en casa frente a sus paisanos. Nos lo perdimos, así como las actuaciones de Lua Madi y Ellas.

Llegamos con Beret de fondo, a quien vimos desde la distancia, en el ecuador que separaba los escenarios 1 y 2, en esa tierra de nadie donde escuchábamos simultáneamente al sevillano y a Dinero, a quienes por esas cosas que suceden en los festivales les pilló el toro y estaban probando sonido. Y claro, entre la contundencia de estos y la propuesta más blandita del primero, los sonidos se cruzaban y se confundían sin remedio. Algo que afortunadamente no volvió a ocurrir con el resto de artistas. 



Dinero pusieron el músculo y subieron los decibelios del festival con su habitual descarga de guitarrazos ("Mata Hari", “Una Noche Más”, “Duelo De Titanes”) sin renunciar de vez en cuando a las melodías de corte más Pop (“En Invierno”). Es en directo y con canciones como esta última donde esas diferencias de intensidad se funden y se confunden, se cruzan y se entrelazan, moldeándose hasta hacer una bola sonora característica y reconocible. El estilo de una banda que el pasado año ha celebrado a lo grande diez años de trayectoria.







Les tenía especiales ganas a Morgan, y todas mis expectativas –que ya eran altas de por sí- se vieron superadas con creces. Ofreciendo un repertorio tan ecléctico como el que su discografía permite, el show tan pronto va del Soul al Indie, del Funk al Rock, derribando también a su paso las barreras lingüísticas. Porque la voz de Nina es capaz de derribarlas todas. Si la música amansa a las fieras, la vocalista consigue arañar la fibra y ablandar al más duro de los presentes con interpretaciones inolvidables: solo por “El Sargento De Hierro“ o “Home” se justifica una entrada. No recuerdo quién fue el que dijo que Nina era la mejor voz femenina de este país. Aquello me pareció un poco exagerado. Tras escucharla, ya no me lo parece tanto. Si además la acompaña un pedazo de banda -sobrados de talento todos ellos- Morgan pueden hacer lo que les da la gana y todo con un resultado exquisito. Como soltarse con su irresistible “Another Road” o un Medley recurriendo al “Lose Yourself To Dance” de los Daft Punk. Actualmente son uno de los mayores tesoros que tenemos en nuestro país. 










Complicada papeleta para Shinova, que les tocaba salir a escena tras la exhibición de Morgan. Y es que pasamos de una paleta multicolor al blanco y negro, que también tiene su punto oiga. Además, los de Berriz tienen la confianza por las nubes: es lo que tiene llenar la Riviera de Madrid -además de colgar el cartel de Sold Out en tantas otras ciudades- y cosechar excelentes críticas por tu última referencia ("Cartas De Navegación" lanzado el pasado año). Alejados definitivamente de sus tiernos inicios (adiós Skizoo, hola Viva Suecia) parece que Shinova al fin se han enfundado el traje que mejor les sienta: de negro sí, pero negro brillante. Como muestra, himnos coreados a pleno pulmón como "Para Cambiar El Mundo", "Mirlo Blanco", "Doce Meses" o "Que Casualidad"





Hace tiempo le había escuchado a un buen amigo que Ilegales estaban mejor que nunca. Nunca es un vocablo que no se debería usarse a la ligera, y más cuando las palabras vienen de un fan acérrimo. Aunque viendo en escena a los asturianos el argumento es difícil de rebatir. Ilegales llevan kilómetros y kilómetros de carretera, y el peso de una longeva carrera capaz de deslomar a cualquiera, y sin embargo, parece como que no pierden ni la chispa, ni las ganas, ni la vitalidad. Pueden gustarte más o menos, pero sus conciertos son un ejercicio de profesionalidad innegable. Incombustibles como sus seguidores. Frente al escenario aparecieron Rockers y Punkis para desfasar con los clásicos de toda la vida ("Soy Un Macarra", "Bestia, Bestia", "Hola Mamoncete", "Tiempos Nuevos, Tiempos Salvajes" o "Destruye" ) que empastan perfectamente con otros (futuros) clásicos como "Si No Luchas Te Matas". Algunas cosas parece que no cambian con el tiempo: como que Jorge Martínez y compañía -que sí que se tunearon para la ocasión- suenen de puta madre. 







Los encargados de cerrar la primera edición del Hallowindie eran los cabezas de cartel del festival: Sidonie. En sus conciertos, nadie se lo pasa mejor que ellos mismos. Marc Ros, Jesús Senra y Axel Pi lo gozan sin disimulo, y esa es la mejor manera de contagiarselo a los fans. Y los que no lo son, como el que esto escribe, que acabó desafando como el que más hits altamente coreables como "Fascinado”, “El Peor Grupo Del Mundo”, “Carreteras Infinitas” o "Estáis Aquí".  Broche perfecto para la primera edición del festi, que esperamos que sea la primera de muchas. 






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