VIAJES / Bélgica

B É L G I C A

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FOTOS: Jonathan Pérez del Río

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Viajar acompañado (bien con amigos, bien con pareja) tiene sus ventajas, pero viajar solo también puede tener su encanto: haces lo que te sale de los mismísimos cuando y dónde quieres, y puedes imprimirle tu propio ritmo al viaje, así como rellenar un itinerario a antojo. En mi caso, cuatro días, cuatro ciudades. 

Bélgica invita a ello al ser un país pequeñito y con buenas conexiones entre sus urbes importantes. País chocolatero y cervecero, me pateé kilómetros por Bruselas, Brujas, Amberes y Gante (dónde me encontré  -y charlé un rato- con Albert Rivera).

Callejeando calles repletas de inspirados graffitis para todos los públicos -muchos de ellos protagonizados por Tintín o los Pitufos, patrimonio nacional salidos de la cabeza de los artistas Hergé y Peyo respectivamente-, aproveché las paradas técnicas para jalarme unos waffles, entrar en alguna galería/museo de arte (si hablamos de arte en Bélgica, obligatorio ver algo de René Magritte) y para visitar locales obligatorios para los melómanos donde escuchar buen chansón (L'Archiduc en Bruselas) o jazz de la vieja escuela (el De Muze en Amberes). 

La arquitectura imponente obliga a ir con la cámara siempre a mano, y los canales de Brujas o Gante invitan a inmortalizar postales con altas dosis de romanticismo. 

Aquí os dejo algunas fotucas del viaje. 

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Bruselas

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Gante

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Brujas

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Amberes