LITERATURA / F.Scott Fitzgerald


F.SCOTT FITZGERALD
Suave Es La Noche


"Suave Es La Noche" ("Tender Is The Night") fue publicada por primera vez en 1934, y aunque los años pasen, sigue siendo un referente para muchos escritores. La novela (la última que llegó a completar) tiene mucho de autobiográfico, pues está inspirada en un capítulo de la vida del propio Fitzgerarld, uno complicado en el que el autor tiene que convivir con la esquizofrenia que afecta a su mujer, ingresada por aquel entonces en Baltimore. La historia se basa en el ascenso imparable de Dick Diver, quien poco a poco empieza a caer desde la cima hasta acabar perdiendo el norte por completo. Todos parecen contemplar su derrumbamiento, todos excepto él, que no hace nada para frenar la imparable caída. 

La voz se hizo más ronca, hundiéndose hasta su pecho y apretando el corpiño de la muchacha contra su corazón al acercarse. Dick sintió los jóvenes labios y todo el cuerpo de Nicole suspirando de alivio al sentir más fuerte la presión de los brazos con que él la sostenía. Ya no existían planes para Dick. Era como si hubiera hecho arbitrariamente una mezcla indisoluble en que los átomos se hubieran unido de manera inseparable; se podrían hacer muchas cosas con aquello, pero nunca devolverlo a la escala atómica. Mientras la tenía en sus brazos, mientras la gustaba, y ella se apretaba cada vez más contra él, hundidos y sumidos en el amor, y con ello consolados y triunfantes, Dick se alegró de vivir, aunque sólo fuera en el espejo de los húmedos ojos de la muchacha. 
......

Anudado al cuello un pañuelo de color lila, incluso bajo la cromática luz del sol, reflejaba su color en su rostro y entre sus pies en movimiento como una sombra violácea. La expresión de su rostro era dura a despecho del suave brillo de lastimera duda que despedían sus ojos verdes, y su pelo, en otro tiempo rubio, se había oscurecido, a pesar del cual, a los veinticuatro años, era más bonita que a los dieciocho, cuando su pelo era más brillante que ella misma. 
......

Otra vez los nombres. Luego se echaron uno en brazos del otro, como si un bandazo del taxi los hubiera empujado. Dick sintió el contacto de los senos de la muchacha y su boca, poseída en común, era nueva y cálida. Dejaron de pensar, con un alivio casi doloroso, y dejaron de ver; sólo se respiraban y se buscaban mutuamente. Se hallaban en el mundo gris y amable de la ligera  jaqueca producida por la fatiga, cuando los nervios se sueltan por hacecillos, como cuerdas de piano y crujen como sillas de mimbre. Los nervios así descarnados y tiernos deben unirse a otros nervios, los labios a otros labios, el pecho a otro pecho. 
......

Al abrir la puerta, lo vio como algo divino e inmutable, como siempre había sido y como aparecen siempre las personas mayores a los chiquillos, rígidas y poco maleables. Dick la contempló con una inevitable decepción. Le costó unos segundos poder responder a la dulzura indefensa de su sonrisa. El cuerpo de Rosemary estaba calculado al milímetro para sugerir el capullo de una flor y corresponder a la plenitud de ésta. Dick advirtió la huella de sus pies mojados sobre la alfombrilla que llevaba al cuarto del salón. 

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