LITERATURA / Chuck Klosterman

CHUCK KLOSTERMAN

Fargo Rock City

A medio camino entre las memorias, el ensayo y el estudio antropológico, Chuck Klosterman narra la explosión mediática y la caída del Heavy Metal en este "Fargo Rock City", y lo hace desde la divertida perspectiva de un chaval nacido en Wyndmere (Dakota del Norte), zona rural con más vacas que personas, y donde el descubrimiento de grupos como Def Leppard, Guns'N'Roses o Poison podía suponer la salvación. Un argumento convincente sobre por qué está música ruidosa fue importante para toda una generación. 

Creo que las librerías han pasado a ser el sitio de moda para ligar entre adultos solteros. Las librerías llevan incorporada una frase de apertura que siempre se adecua a la situación. Sólo tienes que acercarte a cualquier persona deseable, fijarte en qué sección se encuentra y decir (con cierto matiz de simpático desconcierto): "¿No te parece una locura la cantidad de libros que hay sobre _____?". Rellenad el espacio en blanco con la materia que dicho individuo esté observando y siempre pareceréis perceptivos. 

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En el transcurso de las últimas dos décadas, Eddie Van Halen ha pasado a citar a Eric Clapton como el hombre que le despertó el deseo de tocar la guitarra. (...) Lo cual, por supuesto, es bueno. Eddie y Eric se cuentan ciertamente entre los mejores guitarristas de la historia del Rock, pero por motivos completamente distintos. Escuchar a Clapton es como recibir un masaje sensual de manos de la mujer a la que has amado estos últimos diez años; escuchar a Van Halen es como echar el polvo de tu vida con tres atractivas estudiantes de enfermería que has conocido en la heladería. Por es los historiadores y los intelectuales del Rock se sienten cómodos piropeando a Eric Clapton. Sin embargo, en cualquier lugar del mundo, tipos con un mínimo de credibilidad aprovechan para escuchar a Van Halen cuando sus esposas no están en casa. 

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En un principio a Axl le encantaban Nirvana, pero Cobain básicamente pensaba que Rose era un payaso, de modo que Axl decidió que Kurt era marica (o un farsante o un gilipollas pretencioso o cualquier otra cosa que probablemente nunca diría ahora que Cobain está muerto). Pero ambos compartían un montón de similitudes, ciertamente más de las que cualquiera de los dos estaba dispuesto a reconocer. Aparte de tener unos rasgos faciales básicos sorprendentemente similares y un público que se solapaba, ambos ofrecían una imagen que atraía específicamente a adolescentes perdidos y marcados por una ira inexplicable. Axl lo hizo primero, y sus herramientas fueron la hostilidad y la confusión. Cobain llegó un par de años más tarde, y usó la ansiedad personal y la tolerancia sexual. Comparar a los dos hombres es como comparar una foto en blanco y negro con su negativo. Son completamente opuestos, pero a la vez son exactamente lo mismo. 

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(...) los fans podíamos utilizar las canciones y vídeos de un grupo para hacernos una imagen del tipo de mujeres que preferían (o parecían preferir). (...) Aquí va una lista de las chicas predilectas (o aparentemente predilectas) de los grupos metaleros más importantes del momento:

GUNS'N'ROSES: Modelos bisexuales; mujeres sumisas; chicas que les invitaran a privar.

MÖTLEY CRÜE: Strippers; mujeres que practican el sexo en público (particularmente ascensores); lesbianas. 

RATT: Putas con el corazón de oro. O Strippers con el corazón de oro. O niñas de trece años. 

WARRANT: Vírgenes con el potencial de convertirse en ninfómanas. 

DEF LEPPARD: Borrachas; vampiresas.

THE CULT: Sólo vampiresas.

FASTER PUSSYCAT: Las sobras de G'N'R

CINDERELLA: Gitanas

SKID ROW: Anónimas y desconocidas máquinas de hacer el amor, de grandes pechos y corazón de oro. 

L.A.GUNS: Autoestopistas drogadas adictas al sexo duro.

VAN HALEN: Juerguistas; modelos de ropa interior; la reina del baile de primavera; miembros del reparto de One Day At A Time.

DAVID LEE ROTH (En solitario): Lo mismo que Van Halen, pero con las tetas más grandes. 

BON JOVI: La vecinita de al lado. 

KISS: Cualquier chica que no estuviese muerta.

IRON MAIDEN: Chicas muertas. 

JUDAS PRIEST: Chicos.

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Desde el corte inicial, el señor Roth, tirado en la cuneta, habla con la guitarra sobre su Rosa Yanqui, "Eat'Em And Smile" se refrota y se menea zorrunamente como el propio Dave, sin aflojar ni un solo instante hasta llegar a su intento final por ser el Frank Sinatra del Glam Metal. A pesar de que Dave no ha vuelto a grabar un disco decente después de este, consigue puntos extra por haber levantado diestramente todo un álbum alrededor de un tipo muy específico de personalidad: la de ligón blanco perpetuamente cachondo que está loco y dispuesto a todo y pretende dispararte con su escopeta de cazar elefantes.

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Fue el concierto más intenso al que haya ido jamás. En realidad llegó a bordea lo terrorífico, y eso que yo soy el tipo de persona que, por lo general, disfruta viendo la intensidad autodestructiva de otros individuos. Unas mil personas se apretujaron en aquel club diminuto cercano al lago Erie y durante dos horas se volvieron completamente locas. Si los Slayer poseyeran un solo gramo de ironía serían Spinal Tap, pero como no la tienen son el grupo más serio que jamás haya existido. El resultado es absolutamente castigador. Slayer son un poco como si un tío se arrima a ti en un bar y te dice que va a violar a tu esposa, a quemar tu casa, a dispararles a todos tus amigos, a bañar a tus hijos en ácido y después a matarte lentamente de hambre mientras las ratas mordisquean tu carne demacrada. Si este tipo hipotético fuese únicamente un zoquete borracho, su compleja depravación podría resultar hilarante (incluso entrañable). Pero si resulta que se trata del único tipo sobre la faz de la tierra dispuesto a (y capaz de) hacer todas esas cosas, te darías cuenta de repente de que estás hablando con el hijoputa más loco y más siniestro que jamás haya existido. Slayer es ese tipo.