LITERATURA / John Steinbeck
JOHN STEINBECK
Viajes con Charley
En 1960, John Steinbeck, acompañado de su perro Charley, recorrió, a bordo de su autocaravana Rocinante, más de 16.000 kilómetros a lo largo y ancho de Estados Unidos. El autor de clásicos como "De ratones y hombres", "Las uvas de la ira" o "Al Este del Edén", consiguió ser número uno en ventas también gracias a este "Viajes con Charley". Poco después de publicarlo recibiría el Nobel en 1962.
Cuando yo era muy joven y sentía dentro ese ansia de estar en otro sitio, las personas mayores me aseguraban que al hacerme mayor se me curaría este prurito. (...) En la edad madura estaba ya seguro de que con unos años más se aliviaría mi fiebre y ahora, con cincuenta y ocho, de que tal vez la senilidad lo consiguiese. Nada ha funcionado. Cuatro ásperos pitidos de la sirena de un barco aún me erizan el pelo de la nuca y ponen mis pies en movimiento. El sonido de un reactor, un motor calentándose, hasta el toc-toc en el pavimento de unos cascos herrados producen el viejo estremecimiento, la boca seca y la mirada perdida, las palmas ardientes y una agitación del estómago bajo la caja torácica. (...) el que ha sido vagabundo alguna vez, lo será siempre.
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Las grandes ciudades están haciéndose más grandes y los pueblos más pequeños. La tienda de pueblo, sea de comestibles, general, ferretería, de ropa, no puede competir con el supermercado y el montaje en cadena. Nuestra estimada y nostálgica imagen de la tienda de pueblo, la tienda sin refinamientos donde se reúne un campesinado informado a expresar su opinión y a formular el carácter nacional, está desapareciendo muy deprisa. (...)
Lo que el nuevo estadounidense estima y lo que le estimula está en las calles congestionadas de tráfico, en los cielos cubiertos de contaminación, ahogados por los ácidos de la industria, en el rechinar de los neumáticos y en esas casas que parecen cinchadas unas a otras, mientras los pueblecitos se marchitan un tiempo y acaban muriéndose.
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La primera nota dice: "Relación Tiempo con Soledad". Y me acuerdo de eso. Tener un acompañante te fija en el tiempo, y concretamente en el presente, pero cuando el carácter de la soledad se asienta, pasado, presente y futuro fluyen todos juntos. Un recuerdo, un acontecimiento del presente y una previsión están todos igual de presentes.
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- Si encuentras en tus viajes en algún sitio un hombre de verdad -dijo con amargura- señala el lugar. Quiero ir a verle. Lo único que he visto ha sido cobardía e intereses personales. Ésta era una nación de gigantes. ¿Qué ha sido de ellos? (...)
- Debe de haber en algún sitio -dije yo.
- Bueno, pues mira a ver si los encuentras. Los necesitamos. Juro por Dios que la única gente de este país con redaños parecen ser los negros. (...) Tú localízame diez estadounidenses blancos sanos a los que no les dé miedo tener una convicción, una idea o una opinión sobre algo que sea impopular, y dispondré desde ya de lo más importante de un ejército regular.
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