CRÓNICA CONCIERTOS / Radio Moscow
RADIO MOSCOW
Sala Acapulco (Gijón)
Miércoles 1 de abril 2015
Durante el último año, grandes power-trio se han
dejado caer por la Sala Acapulco de Gijón: Virgil & The Accelerators,
Kadavar o The Brew son algunos ejemplos. Y ahora, desde Ohio, Radio Moscow.
Sería absurdo entrar en comparaciones, pues cada formación se mueve en terrenos
diferentes, pero sí se debería matizar que el listón estaba bastante alto
(especialmente tras las inolvidables exhibiciones de Kadavar y de The Brew), y
aunque cada concierto hay que juzgarlo por su conjunto en sí, es inevitable
recordar los anteriores, y más sabiendo que todos se han celebrado en la misma sala
y en poco espacio de tiempo. Estos dos últimos se me hicieron rabiosamente
cortos, pero el de anoche, al igual que me ocurrió con el de Virgil & The
Accelerators, acabó pareciéndome empalagoso. Y por algunos comentarios que pude
escuchar entre el público, sé que no fui el único.
Parker Griggs (considerado uno de los grandes guitarristas
de la actualidad a pesar de moverse en terrenos más alternativos) Anthony Meier y Paul Marrone son un rodillo, y los amplis Orange escupen un sonido
arrollador, lo que no impide que este ahí esa terrible sensación de que, tras
media hora de concierto, lo que sigue va a ser más de lo mismo. Virtuosísimo y
excelencia en la ejecución, pero poco margen para la sorpresa.
Y eso que en los primeros compases la cosa promete.
La base rítmica formada por Ellsworth y Marrone suena impresionante. Potente y
empastada, es un soporte sólido para el constante lucimiento de Parker a las 6
cuerdas, experimentando constantemente con las pedaleras, mostrando su abanico de filigranas, y sacando los wah-wah a
relucir. Por eso son inexcusables los guiños a la Jimi Hendrix Experience,
aunque haya partes en las que a uno se le vengan a la cabeza Wolfmother, Black Sabbath o ZZ
Top.
Blues rock grasiento, sucio, aderezado de pinceladas
de psicodelia hipnótica. Por momentos, el trío coge tal velocidad, que parecen
un tren apunto de descarrilar. Y sucede que, como en esas películas de
acción y palomitas, cuando parece que todo lleva a la tragedia, en el último
segundo, al borde del abismo, algo hace que la cosa vuelva a su cauce. Radio
Moscow se enfrascan en frenéticas jam pisando siempre a fondo el acelerador, aunque saben
salir airosos de todas ellas.
Radio Moscow ofrecen 90 minutos de sudoroso directo,
de exigente escucha pero totalmente convincente para el que sabe lo que se va a
encontrar.
Una curiosidad para rematar. Tras el bolo, Parker,
Billy y Paul acabaron haciendo improvisaciones en otra sala de conciertos
cercana, lo que da a entender la pasión y la autenticidad de estos chicos,
quienes seguirán reuniendo fieles allá donde vayan.
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