CRÓNICA CONCIERTOS / Wild Adriatic
WILD ADRIATIC
Sala Club Niemeyer (Avilés)
Sábado 7 de mayo 2016
Con los
precedentes de su anterior visita (hace ya año y medio aunque aquel show
permanece fresco en la memoria colectiva) el asunto no albergaba dudas: los que
nos congregamos en la Sala Club íbamos a presenciar un bolazo.
Y a pesar de las
altas expectativas, el trío neoyorkino consiguió superarlas holgadamente.
Duplicaron el aforo de su última visita, algo anecdótico pues da la risa pensar
que fuimos un centenar de personas las que disfrutamos de estos fenómenos como
si estuviesen tocando en el salón de nuestra casa.
La Sala Club no
tiene absolutamente nada. No hay adornos ni decoración alguna. Un escalón
separa el escenario del recinto y no busquen más porque no lo hay. Por no
haber, en esta ocasión no había ni bar, y desde luego un concierto a palo seco no es lo
mismo. Pero allí se va a ver (y escuchar) música, y cuando un grupo tiene nivel
(y los que allí tocan suelen tenerlo) el sonido es espectacular. ¿Y no es eso
lo más importante?
Travis Gray (voz
y guitarra), Mateo Vosganian (batería) y Rich Derbyshire (bajo) aparecieron en
aquel ambiente frío y pronto se impusieron calentar el local. Atronó “Lonely” y todos nos olvidamos del entorno extramusical. La cosa se limitó a un solo canal: emisores y receptores. Y sin distracciones que valgan Wild Adriatic comenzaron a
reventarnos la cabeza.
Por su estética, Travis,
Mateo y Rich parecen haber salido de barrios diferentes, pero sobre el
escenario empastan de manera asombrosa, como si el objetivo fuese convertirse en
un solo músico de 6 brazos y 6 piernas. El talento individual al servicio del
grupo, cada uno haciendo lo mejor que sabe hacer. Rich levitando sobre las
tablas, ligero como una pluma, agitando su cabellera afro con un flow irresistiblemente contagioso. Eso, o se tiene o no se tiene. Y contagiarse es inevitable. Si no es el hombre más feliz sobre la faz de la tierra al menos lo parece. Tras el rostro de
yerno perfecto, Travis esconde una verdadera Rock Star. Su maestría a las 6 cuerdas solo se ve eclipsada cuando
afina esa voz de terciopelo, capaz de manejarse igual de bien en el Soul de
ojos azules como en el Hardrock. El cuadro lo completa Mateo, quien emerge como
la bestia parda, aportando el músculo que hace a la banda poderosa,
aporreando la batería como un salvaje al que le va la vida en ello.
Desde su última
visita, a Wild Adriatic les ha dado tiempo a lanzar un EP ("Never Enough") y un disco de directo ("Live Volumen One: No Way, Let´s Do It!"). Las
nuevas “Never Enough”, “Trouble” o “Strange Persuasions” se
entrelazaron con los adictivos hits que engloban su set list de directo: “Tight
Grip” (con improvisación a lo Santana entre medias), la tarareable “Woe”, “The
Spark”, “Can’t Be Your Man” o la imbatible “Mess Around” entre otras, así como
las habituales versiones llevadas a su terreno, en esta ocasión, “Ramble On” de
Led Zeppelin, el “Rockin´In The Free World” de Neil Young (que empalmaron con
“40 Days & 40 Nights (Hard Times)”) o una genial “Superstition” de
Stevie Wonder.
Que esta banda no lo esté petando nos hace
preguntarnos si acaso el mundo está sordo. Imposible buscarle fisuras a un
concierto impecable.
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