CRÓNICA CONCIERTOS / Shirley Davis & The SilverBacks
SHIRLEY DAVIS &
THE SILVERBACKS
Auditorio Municipal (Ribadeo)
Jueves 8 de diciembre de 2016
Teníamos aún
fresco el concierto de Julián Maeso, y el déjà
vu al entrar en el Auditorio Municipal Hernán Naval de Ribadeo fue
inevitable. Era sábado, y la última jornada de esta quinta edición del Festival
de Jazz&Blues de Ribadeo, y para el cierre estaban Shirley Davis & The
SilverBacks, o lo que es lo mismo, una de las nuevas divas del nuevo Soul, y la
banda de confianza del sello Tucxone Records.
Cualquier
aficionado a la música Soul o al R&B puede apreciar que estamos viviendo
una especie de revival del género. No porque sea un estilo que haya sido
olvidado, sino por la cantidad de artistas que se animan a darle a este tipo de
sonidos en la última década. La explosión comercial de Amy Winehouse o Adele,
la proyección internacional de Alabama Shakes, Kitty, Daisy & Lewis,
J.D.McPherson, Eli Paperboy Reed, Nikki Hill o Nick Waterhouse (por citar unos
pocos en una lista que podemos extender considerablemente), y la burbuja que ha
estallado en nuestro país con Freedonia, Aurora & The Betrayers, The Excitements
o Anaut, sirven para entender que colaboraciones como la que hoy nos ocupa se
den con mayor facilidad.
Hoy sí que hay
una entrada más acorde con el nivel de los artistas del festival, y ante un
auditorio casi lleno salen a escena los SilverBacks: Eduardo Martínez a la
guitarra, Jorge Suárez a la percusión, Lucas Duplá a los teclados, Diego
Miranda al bajo, Aarón Pozón al saxo, y Javier Martínez a la trompeta. La banda
interpreta unos cuantos instrumentales antes de que salga a escena Shirley
Davis.
La historia de
esta señorita es digna de contar: inglesa afincada en Australia, un buen día
asiste a un concierto de la gran Sharon Jones (esa artista que desgraciadamente
nos ha dejado hace bien poquito, y otra de las culpables de que este movimiento
este tan latente en nuestros días), y en mitad del mismo, Sharon invitó a gente
del público a que la acompañase en una canción, y sí, ahí estaba Shirley Davis,
que aprovechó la coyuntura para sorprender con su garra a todos los presentes,
entre los que se encontraban los capos del sello Tucxone, quienes comenzaron a
mover piezas para contactar con aquella figura espontanea. Tras encontrarla, le
ofrecieron grabar un disco con los SilverBacks, y su historia la estamos
empezando a escribir ahora como quien dice.
“Black Rose” es el
debut de la criatura, y sobre él gravitó la mayor parte del repertorio.
Destacan las canciones promocionales (la propia “Black Rose”, “Dilemma” o “My
Universe”), pero un servidor se queda con un par de agradables sorpresas: “Be
Yourself” (canción que habla de sentirte cómodo contigo mismo, ser fiel a tu
propia personalidad) y “Make My Day” (un guiño a la frase de Harry El Sucio,
ese “Alégrame el día” que forma parte
de la historia del cine).
Shirley Davis no
tiene el vozarrón de otras divas, pero sabe cubrir esa carencia con un timbre
cálido y cercano que me recordó por momentos, sin ser las comparaciones más
adecuadas, a Christina Aguilera y Alicia Keys.
Todo suena bien y
en su sitio, pero hay algo que chirria sin saber muy bien explicar el porqué.
Las canciones están bien ejecutadas, y Shirley hace todo lo posible para
alentar al público, intentando (sin éxito) sacar a bailar a alguien al
escenario, incitando a la gente a levantarse de las butacas y dar palmas, y en
cada intentona se da de bruces con un público poco receptivo. Una plaza difícil
de torear que dirían algunos. Un incordio que les condicionó claramente a lo
largo de todo el concierto.
Y sin empatía el Soul es un poco menos Soul.
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