LITERATURA / Ian Svenonius

IAN SVENONIUS

Te están robando el alma

Ian Svenonius enlaza con su lógica lúdica y delirante el azúcar de caña, las nuevas tecnologías, los bailes de moda o la geopolítica mundial en una bomba ensayística que oscila entre lo certero, lo conspiranoico y lo tristemente real. Eso y más es lo que uno se puede encontrar en este "Te están robando el alma" que nos invita a reflexionar sobre muchos aspectos que nos encontramos en nuestra vida diaria. 

Antes de la introducción del twist, la idea de pasar una noche bailando, incluso si se trataba de una salvaje velada de folk, blues o jazz, incluía a gente que bailaba en pareja e incluso, a veces, con muchas parejas distintas. A menudo bailaban muy juntos. Una pareja de baile era alguien a quien sentías, olías, agarrabas y que se movía conjuntamente con el cuerpo de su compañero. 

(...) Al bailar con otra persona, las parejas monógamas podían disfrutar de una noche orgiástica de fornicación simulada con diversos compañeros de baile con los que podían dar rienda suelta a su lujuria y a la vez mantener intacto su juramente de fidelidad. 

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Los bailes fueron hitos culturales. Muchos eran imitaciones de comportamientos animales. Es el caso del baile del mono, donde el participante representaba pasatiempos de los primates como pelas un plátano. (...) La gente trataba de imitar a bestias salvajes que nunca había visto o que en aquel momento escaseaban en un mundo prefabricado y alienado. En cierto sentido, los bailes eran tiros funerarios para un jardín del Edén perdido. 

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Cuando uno conspira con su pareja para montar una pieza de mobiliario Ikea, se enfrenta a una tarea desgarradora que dice muchísimo de la fe que tiene depositada en su relación. Con independencia de la fe previa, casi con total seguridad destruirá la relación amorosa o, como mínimo, la dañará de un modo irreparable y plantará la semilla de su inminente destrucción. (...) El manual de instrucciones siempre advierte de una muerte inminente, y proyecta así unas sombra temerosa y mórbida sobre la (idealmente) mundana misión de montar unas estanterías. 

¿Por qué los manuales de Ikea son como unas bombas de relojería de la discordia? Porque Ikea quiere que las parejas rompan. 

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El punk había sido, en parte, una respuesta de los nacidos en el baby boom tras la Segunda Guerra Mundial a los alardes petulantes de esplendores pasados. las reminiscencias exhippies de la lucha callejera de los sesenta, la bravuconería narcótica y las políticas bohemias impregnaban la cultura. El punk rock superó estos alegatos de radicalismo creando una versión psicótica, de tebeo de ciencia ficción y sin escapatoria del izquierdismo. Desafiaba la hipocresía hippy con un absolutismo maldito basado en un modelo de "o todo o nada". Requería un compromiso tan grande como el que exigen las bandas de moteros o la mafia; los participantes a media jornada recibían burlas por dedicarse al "postureo", mientras que cualquier derivación de la ortodoxia se consideraba una muestra de "haberse vendido". 

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Como una nación nueva, Wikipedia inspira no solo una lealtad fanática, sino además un dogmatismo cívico y moral. (...) 

Wikipedia guiña un ojo con arrogancia a aquellos que se encuentran atrapados en la mirada de Medusa de la red. Es la joya de la corona sobre la montaña de mierda encima del montículo de estiércol en la fosa séptica de Internet. 

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Cada año más o menos, por una cuestión de mero olvido, uno puede entrar en una sala de cine atraído por una descarga publicitaria histérica y convencido de que el visionado de tal o cual película concreta es indispensable para la alfabetización cultural continuada de uno mismo. Más tarde, al salir mancillado, degradado, insultado y veinte dólares más pobre, juras que nunca volverás a engañarte. Normalmente, esta lección de vida suele aprenderse alrededor de una vez al año. De hecho, ver una película en una sala de cine es, por lo general, un ejercicio de nostalgia, como escuchar una canción de los Drifters en una emisora de viejos éxitos.