LITERATURA / Judith Duportail

JUDITH DUPORTAIL
El algoritmo del amor


Tras una ruptura amorosa, la periodista freelance Judith Duportail (Francia, 1986) se descargó el Tinder. Tras un sinfín de idas y venidas, de experiencias propias y ajenas, Judith se va adentrando en las entrañas de la aplicación para ligar más popular del mundo. El resultado es este "El algoritmo para ligar", del que se aprenden cosillas, pero que desde luego no te cambiará la vida. 

Desde mi primer día en Tinder, ya no me veo como una fracasada en el amor. Durante toda mi relación anterior, viví en la cuerda floja: aterrorizada, celosa, a la espera y, además, culpable de sentirme celosa. (...) Ahora tengo la sensación de ser de las que tienen los mapas, los códigos; de ser una mujer alfa entre las lobas, una líder de la manada; (...) "Eres del selecto club del 1% de las guapas, de las que lo tienen todo", me dice un hombre por mensaje; y lo peor es que me encanta. Por fin estoy del lado bueno de la jerarquía, del lado bueno de la Ampliación del campo de batalla. 
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Lloro de alegría cuando comprendo tiempo después que jamás me he faltado tanto el respeto. Soy la pelele del patriarcado, ansiosa por mostrar mi conformismo meneando la colita, la buena alumna del capitalismo sexual, pero no me planteo ninguna de estas cuestiones porque, a fuerza de chapotear en mi subidón de ego como una cerdita en el barro, me he anestesiado el cerebro. 
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En una entrevista (...) cuenta cómo se le ocurrió la idea para Tinder: estaba en una cafetería con unos amigos cuando una chica le sonrió. Explica cómo esa sonrisa le hizo comprender que a esa chica le apetecía hablar con él. Esa certeza tranquilizó al hombre que se describe como "muy tímido". (...) Garantizar a dos individuos su interés mutuo antes de permitirles hablar. De ahí su genialidad: el miedo al rechazo desaparece. 

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Abro la app y deslizo todos los perfiles a la derecha, uno detrás de otro. Si soy la única idiota que se enamora en Tinder, si soy el último eslabón del love, si soy planctón, si eso es lo único que funciona, voy a entregarme a ello. Si soy la última débil de mi generación que sueña con el amor, les voy a mostrar de qué soy capaz, me voy a follar todo París y a todo Berlín, yo solita. (...) Copio y pego las mismas frases a mis cuarenta y cinco matches nuevos; ves, cuarenta y cinco matches en cinco minutos. (...) ¿Cuántas veces me habré creído diferente cuando otra mujer hacía, palabra por palabra, la misma broma que yo? ¿Cuántas veces me habré creído única cuando lo era? ¿Cuántas veces me he tragado frases copiadas y pegadas que creía que eran originales?
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Cuando se trata del corazón y de las entrañas de una aplicación tan popular, ¿quién verifica lo que pasa en ella? ¿Qué es el amor entre algoritmos, si no una caja negra? (...) El amor entre algoritmos es un juego del que no conocemos las reglas. 

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