BASADO EN HECHOS REALES / Ángel de Devot

Basado en hechos reales. O no. Porque muchas veces la imaginación hace el resto y probamos con una realidad paralela, por el "y que pasaría si...". Situaciones cotidianas que se cruzan con la ficción. 

ÁNGEL DE DEVOT

Cuando un ángel se te aparece lo hace sin avisar. Su aura se materializa en forma de haz de luz, dejando hermosos destellos a su paso.

La vio por primera vez una preciosa noche de septiembre, destacando en medio del caos etílico de la romería. Tan pequeña, tan menuda, y a la vez tan inalcanzable y efímera. Se contorneaba con salero y el brillo de sus ojos desprendía un magnetismo imposible de obviar, tan potente, que uno no podía desear otra cosa que no fuera compartir su felicidad.

Tiro de memoria fotográfica para archivar aquel rostro en espera de un próximo encuentro.

Este se retrasó tanto que creyó que nunca volvería a verla. Pero una noche de sábado, apareció de entre la muchedumbre de un oscuro bar, e iluminó el que hasta aquel momento era un día más.

Bastó un solo cruce de miradas (para ella trivial, para él un torbellino de emociones) para llevarlo al colapso. Su corazón galopaba con frenesí. “Su belleza les permite ser castigadoras” pensó, y él, torturado por los encantos de su musa, embriagado de amor y de sueños imposibles, se dejaba arrastrar al abismo de las emociones compartidas.

Dicen que “los espejos reflejan la realidad: no se equivocan porque no piensan”, y él se veía reflejado en todos como un cobarde, incapaz de lanzar una moneda al aire que cambiara su sino.

Así pues, tanto el primer encuentro, como el segundo, se saldaron con fiasco. “Derrota compartida es victoria de los dos” pensó. Aunque en el fondo sabía que solo él era el derrotado.

¿Se puede manipular el destino según nuestra elección? ¿Cuanto valor se necesita para dar un paso que puede cambiar nuestra vida?

Es justamente la posibilidad de conseguir un sueño lo que hace que nuestro día a día sea interesante, aunque nunca es conveniente interrumpir el devenir de un ángel.