CRÓNICA CONCIERTOS / IZAL
IZAL
Teatro La Laboral (Gijón)
Viernes 27 de febrero 2016
IZAL prosiguen su
particular rutina de baños de masas y karaokes masivos en los últimos coletazos
de su gira de “Copacabana”.
TEXTO y FOTOS: Jonathan Pérez del Río
Copacabana nos sugiere playa, mojitos y relax. Sobre
todo esto último, y en ocasiones en exceso. IZAL llevan los kilómetros de la
carretera cargando en sus espaldas y necesitan desconectar. Se les nota, se lo
pide el cuerpo. Sirva esto para entender el porqué estaban tan estáticos sobre
las tablas, escapando de sus zonas de confort en ocasiones contadas.
Y eso que en el prometedor arranque no se guardaron
nada: “Copacabana”, “Asuntos Delicados” y “Hambre”. Con los primeros acordes
las butacas desaparecen y la audiencia (entregada desde que pagaron el importe
–excesivo- de la entrada) se pone en pie y así aguantará, dando palmas y aportando sus gargantas (chicas jóvenes en su mayoría) a un karaoke masivo.
Seguramente se lo hayan ganado a pulso, y el quinteto se
sabe vencedor desde que se suben al escenario, sabedores de que se les
perdonará cualquier desliz. En los primeros compases al grupo le cuesta
encontrar el equilibrio y empastar su sonido. La batería de Alejandro Jordá
(para un servidor, el motor principal de la banda y el que pone músculo y
nervio al asunto) suena baja y la banda cojea. Algo parecido ocurre con los
teclados de Iván Mella, encargados de aportar atmósferas y color a las canciones. Para
cuando subsanan este error ya entramos en terreno peligroso: las canciones de
relleno (que casi siempre las hay), un puñado de canciones tan bonitas como
empalagosas (“Sueños Lentos” y “Palos De Ciego” nos transportan al Club
Copacabana con un ambiente más íntimo que nos recuerda a sus inicios).
Por
suerte, y tras este impasse, los
madrileños levantarían el vuelo gracias a piezas como “Oro Y Humo” (con ese fantástico
crescendo en directo), la lograda “Pequeña
Gran Revolución” (canción que Mikel le dedicó a su sobrina), la infalible “Agujeros
De Gusano” con sus ramalazos mariachi, o las siempre celebradas “Magia Y
Efectos Especiales” o “Mujer De Verde”.
Con las pulsaciones elevadas llegaban los bises y
otros tres ases en la manga de su extenso repertorio de éxitos: “Qué Bien”, “Pánico
Práctico” y “El Baile”, con Mikel filtrándose entre el público mientras el
confeti se desperdigaba por el Teatro de La Laboral.
Un último apunte: me gustó que Mikel (encargado de
llevar la voz cantante a la hora de dirigirse al público) reivindicara a todas esas bandas con talento y tantas
cosas que aportar que se pueden descubrir en esas salas para audiencias
reducidas. Así empezaron ellos. Así empezaron y empezarán tantos otros. Hay veces que aparece uno que llega tan lejos como lo han hecho IZAL, hasta convertirse en una de las bandas con más repercusión en el panorama nacional. Tenerlo
en cuenta.
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