CRÓNICA DANKO JONES + BOMBUS


DANKO JONES
Sala Acapulco (Gijón)
19 de mayo 2013

Llevaba 10 años sin pisar Gijón, así que la gente esperaba a Danko Jones con ganas. Como era de esperar, lleno absoluto en la Acapulco un domingo de mayo. 

Cuando llegué a la Acapulco, los suecos Bombus ya estaban calentando al personal. Lo cierto es que poco tienen que ver con Danko Jones, pues todo en ellos es mucho más macarra. Desde su estética de durillos llenos de tatuajes old School hasta su sonido, mucho más potente y afilado. Un cruce entre la densidad de Mastodon y la crudeza de Motörhead, sin perder el sello de identidad del metal que se exporta desde los países nórdicos. Aunque cuando les da por ahí pueden facturar joyitas como “Into The Fire”, un buen ejemplo de por dónde puede crecer estos chicos.


En España estamos mal acostumbrados a eso de la puntualidad, y los conciertos son un buen ejemplo de ello. Sin embargo, Danko Jones salió 5 minutos antes de la hora prevista y sin mediar palabra arrancaron con un buen pepinazo como “Hard Enough”, al que le siguieron de forma encadenada “Play the blues” y “Sticky situation”. Y en este punto empezó su peculiar show, gesticulando, poniendo morritos, arqueando las cejas, bebiendo (desconfiado al principio, agradecido después) la horchata que siempre se le ofrece, y como no, bromeando con cómo le llaman por aquí (“Dan Cojones”).

Y es que el de Ontario es un tipo al que le gusta hacerse notar. Habla y habla sin parar, interactuando con el público, soltando discursos cumplidores y peloteros. Que si los rockeros de aquí son rockeros de verdad, que estaba orgulloso de los asistentes por eso de ir a un concierto de rock un domingo, que las chicas de aquí son las chicas más guapas que vio durante todo su tour mundial, que si la comida de Gijón es la mejor del mundo, bla bla bla. Alguien debería explicarle al bueno de Danko que sus discursos están muy bien, pero que en España el nivel de inglés no es muy allá, por lo que la mitad le entra al personal por un oído y le sale por el otro.

Se puede entender el éxito de Danko gracias a temas pegadizos y tarareables como “First Date”, “Lovercall” o “Code Of The Road”. El concierto, aunque breve, fue intenso, y repasó sus seis trabajos, cogiendo hits de aquí de allí, y no centrándose mucho en su último trabajo “Rock And Roll Is Black And Blue” del que interpretó 
“Just A Beautiful Day”, “I Believed In God” y “Legs”.

Hubo momento también para el lucimiento del batería Atom Willard, al que le respalda un curriculum envidiable (
Rocket From The Crypt, The Offspring, Angels & Airwaves y Social Distortion), y durante el concierto demostró el porqué de su reputación. Menos protagonismo tuvo el bueno de John Calabrese, que se encargaba más bien de motivar al público a la hora de dar palmas o hacer coros.


El potente “I Think Bad Thoughts” se encargó de abrir los bises, dejando “Mountain” como cierre, en la qué, cual predicador, se fue acordando de algunos caídos del rock, citando el último al más reciente de todos (hasta la fecha): Jeff Hanneman de Slayer. Un detalle sincero de alguien que siente el rock como algo más que una religión. Un día después de su visita a Gijón fallecía Ray Manzarek ¿Lo incluirá en su lista de caídos en su próximo concierto? Debería.

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